Como siempre en Gran Canaria (o casi siempre, que la excepción son las inmersiones en barco por el sur de la isla), regresamos al mismo lugar pero en una ruta diferente para la segunda inmersión. Esta la he dividido en dos vídeos, así que aquí tenemos apróximadamente la mitad de lo que grabé. . La música es la canción Si lo sabe Dios que se entere el mundo de Fangoria.
Comenzamos avanzando desde la playa y vemos alguna Vieja y un erizo muy lindo junto a una fula negra muy protectora del lugar, que se tomó muy a mal mi visita y prácticamente me acusó de truscolán, hasta que llegamos junto a unas rocas y hay un montón de roncadores escondidos allí y aquel lugar es la entrada de la gruta, que es más bien un cilindro con dos salidas y como yo iba de los últimos y delante de mí buceaba una batidora, veréis que hizo lo imposible por agitar al máximo el agua y enturbiarla, hasta podemos ver a los peces huyendo de aquella persona.
Al parecer, para conmemorar lo del mes del julandrismo en Holanda, los del multicines, que se apuntan a todo, buscaron y rebuscaron alguna peli de julandros y encontraron una española que fue un tremendo éxito, que según IMDb, costó 2,75 millones y en taquilla ganó 600.000 leuros, con lo que si conoces todos los números, esto es un fracaso requetequete-rotundo, que por algo dice el refranero Go-woke, Go-broke o Julandrea y pasa hambre y miseria, en cristiano. La película se titula Te estoy amando locamente y aunque ninguno se enteró, al parecer estuvo en la cartelera española en julio del año pasado.
Un julay julandro las pasa putas por sus pérdidas de aceite.
Resulta que en la España post-Franco había una ley rara y a un julandrón vestido de pava lo captura la pasma, le dan una jalá y lo meten en chirona y su madre, que fue la que lo echó de la keli, descubrirá que el patriarcado quiere a su hijo muerto y tendrá que recurrir a los julandros y las boyeras para sacarlo del treno. La ayudará un cura comunista que finalmente resulta que es familia de ella. El julandro mientras tanto, sueña con salir en la tele y hacerse famoso o algo así, o quizás acabar trabajando en los programas de gritos de Telajinco, en los que hay una infestación de mari-K-ones.
Lo absolutamente mejor de la película fueron los subtítulos en neerlandés, que mira que seguramente los hicieron o con un mongólico que dice que habla español sin hablarlo, o con un ordenador, porque algunas referencias, como perder aceite, las traducían literalmente y en el cine yo era el único que echaba una carcajada mientras el resto se preguntaba por qué en ese momento estaban hablando de averías de coches. La película engaña un montón porque la venden como una comedia pero tiene tres cuartas partes de drama y una de comedia, a menos que consideremos cómicos reírnos de los julandrones cuando les pega la pasma y demás, entonces es mil por mil comedia. La banda sonora es muy buena y vamos, reconocí un montón de canciones que hacía décadas que no escuchaba y que mi madre ponía a toda mecha en la keli cuando la limpiaba. Es relativamente rápida, entretiene, cuentan algo sin intentar empetarnos las historias secundarias de dieciocho más y eso se agradece mucho y aunque tiene un final algo tonto, el balance es positivo.
Esto repelerá igualmente a miembros del Clan de los Orcos y a sub-intelectuales con GafaPasta. Ni de coña la pondrán en la sobremesa, aunque igual por las noches en alguna de las tropecientas telelevisiones que la produjeron y si no, en la plataforma digital y tal y tal de la letra esa que va después de la eMe de truscoluña no es nación.
Yo no tengo ni puta idea de la razón que ha llevado a poner en la cartelera de los multicines esta peli en un único pase. Es viejuna, no cumple ningún aniversario y ninguno de los protagonistas la diñó en estos días, con lo que no sé que les llevó a poner ese pase, para el que por supuesto reservé entrada, aunque aquí estamos hablando de más de tres horas de cine, que esto es eterno. Esta peli la vi cuatro años antes de emigrar a los Países Bajos con uno de mis amigos y desde entonces, hemos discutido sobre la mentada, que él la tiene como un clásico y yo la tenía como una puta mielda del copón, así que veremos como sale del segundo y probablemente último pase. Se titula Heat y en España se estrenó con ese mismito nombre porque no les cabía en el póster truscoluña no es nación.
Un julay picoleto está frito por trincar a un julay primohermano del Güaca.
Tenemos a un chamo que tiene una banda de criminales que son super-hiper-mega listos y que roban y roban y la pasma nunca los trinca hasta que la cagan en un atraco y la susodicha pasma comienza a seguirlos bien arrimaditos. En la pasma, hay un detective, o algo así, que está obsesionado con pillar a esta chusma y gentuza y claro, se acabará montando un pitote entre estas dos divas, que casualmente, en su vida privada la tienen igual de jodida y mal pagada.
La primera vez que vi la película, tranquilamente dormí hora y media de la película, repartido en múltiples siestas, del tremendo aburrimiento que sentía. De hecho, yo no recuerdo haber visto la escena de la cafetería con los dos pavos hablando, pero lo que sí recordaba perfectamente es que en la escena de los tiroteos después de un atraco, eran cuatro malos contra ciento catorce mil seiscientos veintidós polis y ellos matan a cienes y cienes de millones y nunca se les acaban las municiones, que fue una de las cosas que más me disgustó de la peli en su momento y que ahora, en este segundo pase, sigue pareciéndome una mierda de escena porque hasta donde yo sé, la pasma tiene que entrenar y practicar para disparar y no pueden ser todos tan jodidamente malos. Esa escena sigue siendo patética, pero al menos, esta vez no me dormí y hasta disfruté con la complejidad de las estúpidas vidas de estos dos perdedores, que al final, tanto uno como otro son perdedores y fracasados, no han conseguido nada en la vida. Sigue sin convencerme el contar dos historias que convergen hacia el final, sobre todo porque la de los policías no tiene la misma calidad y en todo momento me da la impresión que Al Pacino sobra totalmente, como sobran su mujer y sus empleados, es una pérdida de tiempo el mostrárnoslos a ellos, son prescindibles, la verdadera historia es la de Robert De Niro, que está fabuloso, igual que Val Kilmer. En esta peli las mujeres son floreros follables, no valen para más nada en ese mundo de hombres y Michael Mann no pierde ni una milésima de segundo con ellas, si no hay un macho a su lado, ni le interesan.
Viniendo desde muy abajo en mi escala de puntuaciones, esta peli ha conseguido subir un montón, pero pese a ellos, creo firmemente que aburrirá hasta la muerte por tedio a los miembros del Clan de los Orcos y seguramente fascinará a los sub-intelectuales con GafaPasta. Me pilla en un buen día y voy a ser generoso, aunque mi amigo me va a dar la vara por esto durante meses.
Al parecer los gabachos igual se montan una ceremonia olímpica ofendiendo a los cristianos con mamarrachos y transexuales porque no tienen arriolas para ofender a la miasma y gentuza terrorista islámica con la que han petado su país y también les importa un carajo reírse de lo que antes conocíamos como mongólicos y que ahora resulta difícil explicar su situación porque los ponen en el cajón de minusválidos, pero vamos, que esta es una peli de mongólicos de los de antes. Se titula Un p’tit truc en plus y no parece que se vaya a estrenar nunca jamás en España, ni siquiera con el acertado título de truscoluña no es nación, que todos sabemos que un truscolán es un mongólico, pero no nato, hecho por su sociedad.
Unos julays con menos luces que un agujero negro se van de vacaciones al monte y se les cuelan dos panolis en la guagua.
Tenemos que dos pollabobas que han robado una joyería, después de que el coche con el que iban a huir se lo haya llevado la grúa, se meten en una excursión para seres muy especiales, que van a pasar una semana al monte. Uno de ellos, el más joven, se hará pasar por mongólico y el otro por su cuidador. Durante la semana, descubrirán que aquella gente rara también es interesante, se lo pasarán muy bien y al menos uno de ellos, querrá dejar de cometer crímenes. O algo así.
Esta es una comedia que usa y abusa de todo lo que se dice y se sabe de lo que antes llamábamos mongólicos, bueno, antes y ahora, que la RAE lo mantiene en el diccionario y por supuesto, te tienes que reír con las cosas que dicen y hacen y si no eres podemita o suciolista corrupto, ni siquiera te sientes mal por reírte y disfrutar con este tipo de humor que no está para nada bendecido por los gurús actuales, lo cual seguramente explica la razón por la que la película se ha estrenado en tan pocos países. La peli dura algo más de hora y media y no hay tiempo para aburrirse y al estar con esa banda en una casa en el medio de la nada, hay abundancia de oportunidades para hacer y decir burradas. Por supuesto al final tenemos que lo positivo y lo correcto es lo que queda, pero que nos quiten lo bailao.
Esto tampoco gustará a los miembros del Clan de los Orcos y mucho me temo que los sub-intelectuales con GafaPasta tendrán miedo de ir a verla por si los cancelan. Para reír sin pensar demasiado.
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