Pan (Viaje a nunca jamás) – Pan


En este mundo de frecuentes iteraciones en el que nos ha tocado vivir, cada dos por tres vemos una historia que ya conocíamos pero contada desde otro punto de vista, de otra manera o centrándonos en el origen, palabra mágica que permite a los guionistas meter en la batidora elementos conocidos por todos y sacar un zumo de algo. Eso fue lo que ha pasado con Pan, película que también se estrena en España esta semana con el título de Pan (Viaje a nunca jamás).

Un julay emigra a Mordor y se lo encuentra petado de chusma truscolana

Un niño super-especial y tal y tal es atrapado por un barco que vuela y lo llevan a un lugar en otro universo sin truscoluña y en el que lo ponen a currar en una mina. Allí descubre que puede volar, que es el Elegido y se le antoja ver a su madre. Junto con un pavo que se llama Hook escapa y vivirá una aventura para encontrar a su madre o algo así.

La idea en principio es interesante, descubrir lo que hacía Peter Pan antes de meterse a marrullero. El problema es que pronto se les va de las manos y se obsesionaron con el TresDé y esto acabó por descarrilar el tren. Tienen demasiadas escenas que están hechas para impresionar a los espectadores con gafas y que no aportan nada y cuando están tratando de desarrollar la historia, se atascan. En el papel de un pirata que anda por allí está Hugh Jackman sobreactuando a destajo. Su papel, su personaje y su caracterización me parecieron molestos. Distrae demasiado y no aporta nada. Mucho mejor lo hace Garrett Hedlund como Hook, personaje que siempre habíamos visto como el malo-malísimo y que resulta que es una bellísima persona que lo que quiere es chingarse a una pava y mantener la pierna encima de ella para que no levante cabeza. Del niño hay poco que decir, no destaca por su gran carisma. La película transcurre sin grandes sorpresas y para cuando llega al final, te vas del cine sin la sensación de haber visto algo grandioso. El director es Joe Wright y se nota que no sabe manejar escenas de acción porque es en esos momentos cuando la película flaquea, las corta demasiado rápido y sin terminar de extenderlas. Un buen ejemplo es la batalla final, que se va al garete después de un montón de efectos especiales sin que haya prácticamente tiempo a crear una cierta tensión entre los espectadores. En fin, que no va a ser un clásico que recordaremos dentro de cien años.

Creo que hablan demasiado y mariconean en exceso con lo que no será del gusto de los miembros del Clan de los Orcos y tampoco alcanza los niveles exigidos por los sub-intelectuales de GafaPasta. Se puede esperar a que la pongan en una tarde de domingo invernal y verla mientras se combina con una buena siesta.


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