Philomena


El cine británico se mezcla con facilidad con el norteamericano. En muchas ocasiones los gringos ponen guita y las películas acaban siendo rodadas en Inglaterra, con actores británicos pero con dinero gringo y por consiguiente, con el estilo que gusta en el otro lado del mundo. Después tenemos las pequeñas películas producidas con dinero de la isla, cine que parece no tener demasiadas pretensiones y que sin embargo en muchas ocasiones da la campanada y consigue las grandes sorpresas de la temporada, historias fabulosas que la gente comienza a ver y unos se chivan a otros y al final son grandes éxitos. Una de esas películas es Philomena, la cual se estrena en España en febrero seguramente con el mismo título.

Una julay senil le dice a su hija que de joven un pavo del pueblo la chingó y la preñó y el niño se lo quedaron las monjas católicas y lo vendieron a cómodos plazos

Esta claro que la Iglesia Católica es una cueva de ladrones, pervertidos e hijosdeputa. Esta es una historia del último tipo. Una joven irlandesa se queda preñada después de descubrir que aquella zambomba tan rica que se metió en su potorro tenía una pérdida y echaba un líquido blanco muy raro y su padre la manda a un convento en donde le quitan el niño y lo venden a americanos para adoptarlo, además de hacerle trabajar cinco años para pagar la deuda por el favor tan grande. cincuenta años más tarde se lo cuenta a su hija y antes de morir quiere saber de su hijo. Se junta con un periodista que está de capa caída después de haber formado parte de un gobierno y chupar de la teta corrupta del poder y ambos comenzarán una aventura que los llevará desde Irlanda a Estados Unidos y conseguirán averiguar el paradero del hijo así como la historia por detrás. Como siempre, la Iglesia de los Presuntos Tocadores de Mierda actuó con mala fe, con avaricia y con profundas raíces truscolanas y nos demuestra que ni hubo ni habrá uno solo bueno en ese clan.

Este es un drama agradable. La historia que nos cuentan es muy triste y lo empeora el hecho que la mujer exculpe y perdone a las hijasdeputa monjas que le quitaron a su hijo, lo vendieron y la explotaron durante cinco años. Las monjas son unos trasmallos asquerosos que se merecen que las empalen con hierros oxidados y si existiera un solo Dios en el universo, podría demostrarnos su existencia aplastando a esas ratas miserables junto con todos y cada uno de los truscolanes, pero esto no sucederá porque todos sabemos que Dios no existe, ni ha existido ni existirá jamás. La mujer es simple y en ocasiones simplona y eso le da un ligero tono humorístico a la película. Está interpretada por la soberbia Judi Dench. Está que se sale y es un placer ver a esta mujer de casi ochenta años demostrando que la que sabe y puede es una maestra en eso de la actuación. A su lado pusieron a Steve Coogan y el hombre resulta el complemento perfecto. Entre ambos consiguen que la historia sea un puro placer visual y pese a lo dura de la historia, pasas un rato muy agradable y nada ni nadie te lo complica. La película oscila hacia el drama en su tramo final pero incluso en esa parte es fantástica. Alrededor de estos dos personajes hay otros secundarios pero ni molestan ni les hacen sombra. Por suerte el director decidió ir al grano y no contarnos veinte historias adicionales que no nos interesan.

Si tienes el carné del Clan de los Orcos no puedes ir a ver este tipo de cine porque no permiten la entrada de tu especia. Si te jactas de ser un sub-intelectual de GafaPasta y no la vas a ver, rompe las gafas y únete al clan porque no mereces formar parte del grupo de los que se las dan de intelectuales. Si te gusta el buen cine, si te gustan los dramas y si quieres ver un buen guión basado en una historia real, un director que sabe lo que hace y unos actores fabulosos, vete a verla.


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