Ya conté allá por septiembre que cambié de proveedor de Adsl. Siguiendo la corriente opuesta a lo que es habitual, cancelé mi suscripción de 2 Mbit/s y me pasé a Wanadoo con una conexión de 1 Mbit/s, ahorrándome la mitad de lo que pagaba. Ahora pago veinticinco euros al mes y tengo una conexión muy digna. La razón para el cambio, además de conseguir un módem nuevo, fue que uno ya se conoce el patio. No han pasado ni cuatro meses y ya me ha llegado el primer incremento de ancho de banda. Desde este lunes disfruto de 1600 Kbit/s en bajada y 512 Kbit/s en subida. O sea, estoy casi como hace cuatro meses y pagando la mitad. Cuando visito España siempre me parece que Internet allí es lento. Entre que la velocidad es de pena y que estáis sometidos a la tiranía del proxy-caché, la verdad es que se nota bastante la diferencia de velocidad. Por aquí, por estas tierras, ya hay compañías ofreciendo los 3 Mbit/s por 30 euros y hay rumores de que uno de los proveedores dominantes quiere dar el palo definitivo a las empresas de cable y ofertar 15 Mbit/s.

El 30 de Septiembre, cuando acabe mi contrato con Wanadoo, cancelaré mi cuenta y veremos con quien me voy, pero está claro que en los Países Bajos, donde hay libre competencia, el que no se mueve es tonto. Dejaré que los distintos proveedores se peleen por conseguir mi dinero y al final firmaré con el que más me convenga.