Después de regresar de África, en la semana laboral, subí al frío norte un día, a la sede corporativa de la multinacional que me da chamba y para la que laburo. El motivo era pasar un día allí con otros en una super-hiper-mega reunión que en realidad, provoqué yo, que en seis meses he revuelto muchos las aguas y cosas como el Tsu-mierdami han provocado el nerviosismo y han obligado a todos los que se pasan el día tocándose los mondongos a dar la cara, que una cosa es que la gente se queje en voz baja y al final se cansen y se vayan y otra muy distinta es que el Elegido haga de mosca cojonera y pique tantos güevos provocando una reacción que por supuesto, viene del océano Pacífico hasta el Atlántico, en la dirección adecuada. El objetivo de la reunión era crear un grupo de trabajo transversal, como dicen los podemitas, suciolistas y truscolanes. Si la empresa son en realidad cuatro empresas, en lugar de buscarnos la vida por separado, nos arrejuntamos y lo hacemos juntos, con consentimiento previo. Como una de las cuatro empresas es el paraguas que apoya y da soporte a las otras tres, ellos vienen a ser nuestro territorio neutral y lo hicimos en su keli. A la reunión venían, por primera vez en la historia de la multinacional, gente de cada una de las cuatro casas, aquello era un cónclave en el que no se elegiría ni a un Papa ni a un papuchi.
Después de conocernos, que allí muchos no conocíamos a los demás, pese a que algunos llevan en la empresa décadas, comenzó la reunión, que en realidad era para crear la maquinaria de gestión horizontal de eventos legislativos transcendentales y traumáticos por la gloria de Mafalda, nombre simple y sencillo para explicar que actuaremos como una apisonadora que, informada de algún cambio legislativo en la Unión Europeda, lo estudiará, lo evaluará, creará un informe, informará aquí y allá en el país del sol caguiente y después, señalará con el dejo al joputa que lo tiene que solucionar y si no hace su trabajo, se cagará por las patas pa’bajo, todos, en el Pacífico y en el Atlántico sabrán quién fue el que no hizo su parte y no hará falta ni juicio rápido, será directamente culpable. El sistema nos convierte en la policía de la organización y para ello, todas las partes en Europa y en el país del sol Caguiente tendrán que dar su beneplácito, que lo harán. Creamos los mecanismos de funcionamiento y los sistemas de gestión y después vino el encochinamiento con el mediocre tirando a malísimo almuerzo neerlandés, que es siempre un disgusto. Los de las otras casas descubrieron pronto que la fuerza que ha activado un cambio que nadie había conseguido iniciar en tres décadas es nueva, llega del África y se mueve como una serpiente terriblemente venenosa en corporaciones amarillas y cuando golpea, lo hace con saña. Les enseñé una cosilla que preparé para mis amarillos y que en una anotación futura regresará, ya que como todos los buenos planes de manipulación, hay que hacerlos para que se maceren, maduren y se activen en el momento oportuno.
Por la tarde me quedé trabajando allí y en lugar de irme a la planta en la que están los míos, me quedé con los otros en la suya, para estudiarlos en su medioambiente natural, que ahí es donde más se aprende de la gente.
Al volver a mi keli, hice una parada técnica en la filmoteca y de las dos películas que vi se habló el fin de semana pasado en el mejor blog sin premios en castellano.
3 respuestas a “Preparando el palo”
A los culpables, o los/las que cometan cualquier error, deberían ser enviados a Ucrania a pelear contra Putin, para que se rediman y purifiquen… 🙂
Salud
Sí que has sido rápido tomando control, no llevas nada currando ahí! tenías mucha mala baba acumulada en el paro que había que soltar eh? XDDD
En las multinacionales se esconden muchos inútiles. Mientras no me molesten, me la suda, pero cuando se me cruzan, voy a por ello como ladilla a güevo