Quinto día de buceo en Fuvamulah, con tiburones tigre


El relato comenzó en Desde Utrecht a Fuvamulah

Parece que fue esta mañana cuando empecé a bucear en Fuvamulah pero en realidad llegamos a este punto con doce inmersiones y listo para las tres siguientes. Tras el ritual mañanero descubrí que en la residencia en la que me quedo hay tres españoles buceadores, una pareja con su hija. También apareció una gringa que vive en el reino desUnido y el australiano está de baja por dolor de oído, con lo que este universo parece muy flexible y la gente entra y sale del mismo continuamente. Llegamos como siempre al club de buceo a las siete de la mañana y la primera inmersión era en Varuvaa Thundi, básicamente es la continuación de Kedevari, más al norte y en el extremo de la isla. La idea es conocida, encontrar tiburones zorro pero como que no se quieren dejar ver y en realidad la inmersión fue por una pared espectacular llena de bancos de peces, sobre todo crías, alguna tortuga y algunos peces ballesta, que a esos no les tengo mucho aprecio porque me han atacado en alguna ocasión. El momento complicado o quizás complicadísimo de esta inmersión era en la entrada porque para llegar a la pared teníamos que descender por un lugar a todo meter con corrientes fortísimas. Los saqué saltaron del lado izquierdo del barco, que era el lado de la pared, lo hicieron sin problemas, pero el Elegido y una alemana saltamos del lado derecho y la corriente nos alejaba que no veas y nos costó lo que no está escrito llegar con el resto y de hecho la tedesca me dijo que pensó en rendirse y subir a la superficie. Aunque vimos un montón, no vimos tiburones zorro.

La segunda inmersión era en el zoológico de los tiburones tigre. De nuevo un grupo grande, esta vez mucho antes de la marea llena y conseguí una mejor posición para ver el espectáculo. Vinieron tres tiburones, pero igual ya me estoy ablandando por haberlo visto varias veces pero como que me pareció bastante suave, ya es que les he perdido el miedo a esas bestias, que dicen que solo atacan a los debiluchos y aquellos con pañales de viejo que no vamos a mentar, que nos han explicado que estos tiburones mantienen las poblaciones de los otros peces sanas ya que desde que ven a uno renqueando, se lo comen y eliminan el problema. El espectáculo dura media hora y es increíble, pero es que está todo dicho anteriormente, solo nos falta que ataquen a alguien para darme material nuevo para escribir.

Hoy era viernes, el día del musulmaneo ese y los bares y restaurantes cerraban hasta las dos de la tarde para que todo el mundo vaya a rezar, aunque esto es de boquilla, que después las mezquitas están vacías a la hora del rezo, como puedo dar fe y la doy. El único que no cerró es un café en el muelle que lleva un indio que tiene claro que los moros-de-mielda irán al infierno con podemitas y truscolanes.

A la tercera inmersión fuimos muchos menos y era un nuevo lugar, llamado Bilhifeysh y que es la extensión de Farikede, más cerca del muelle. El que nos la explicó nos dijo que esto era una ruleta, que puede ser la inmersión más aburrida del mundo o una pasada. Al final se quedó en el grupo de las aburridas. No pasaba nada a nuestro alrededor y me limité a explorar la pared y acosar a las tortugas que pasaban. El único momentazo fue al comenzar la inmersión que vimos un gigantesco tiburón tigre.

Al regresar al club de buceo nos pusieron una presentación sobre tiburones y nos enteramos que en Fuvamulah está la población más grande de tiburones tigre del universo, tienen censadnos casi trescientos, los censan porque cada tiburón tiene cosas únicas y con las fotos se analizan y se les bautiza, el que manda la foto, si es nuevo, tiene el dudoso honor y aún más dudoso privilegio de ponerle nombre, con lo que yo voy a mandar de todos los que he visto para ver si puedo bautizar uno como truscoluña no es nación y otro como Chacho. Los españoles iban a cenar en el mismo sitio que yo así que fuimos juntos, aunque cuando nos dijeron que no tenían mesa y que teníamos que esperar diez minutos, que pueden ser veinte, cambiamos de restaurante y pasamos la velada juntos.

Me queda un último día de buceo en la isla. Tres inmersiones y mi aventura subacuática en Fuvamulah será historia.

El relato continúa en Sexto día de buceo en Fuvamulah, mi encuentro con el tiburón zorro


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