Rain Man


Con los Oscars llegaron varias películas al cine que gracias a la magia digital pueden poner en las salas cuando les sale de los mondongos y celebrando los premios, tuve la oportunidad de volver a ver cinco viejas películas y la de hoy es una de ellas. Esto nos lleva de vuelta a 1989, cuando truscoluña no era nación y Virtuditas no estaba enganchada como una perra al CaraCuloLibro. La película, un clásico de ayer, hoy, mañana y hasta pasado mañana es Rain Man y en España se estrenó con el mismo título.

Un julay descubre que tiene un hermano acarajotao y quizás hasta podemita o truscolán

Un chamo que tiene una empresa de importación de vehículos y que es una especie de bala perdida, se entera que su padre la ha diñado, un tipo al que no ha hablado por un montón de años. Se frota las manos pensando que le ha tocado el gordo y va a trincar una herencia del copón y cuando va al entierro y a la lectura del testamento se entera que en realidad solo le dan un coche y la guita se la lleva otra persona. Con unas dotes de investigador fastuosas, el chamo descubre que el heredero es un tonto del bote y cuando descubre que es su hermano mayor, casi le da un pasmo. Decide raptarlo y llevárselo a su casa en el otro lado del país para así poder meter mano a la herencia y en el viaje por carretera, porque el friki tiene miedo a volar, aprenderá a conocer y amar a su hermano y se volverá una bellísima persona.

Esto es un clásico y hasta ganó el Oscar a mejor peli, mejor director, mejor actor principal y mejor guión original. Esos cuatro puntos son algunos de sus pilares. La historia es fabulosa y está maravillosamente contada, el ritmo es perfecto y Dustin Hoffman borda al friki. La película tiene momento épico al que sigue otro momento épico y así sin fin. La historia comienza haciéndonos creer que vamos a ver una película y va cambiando poco a poco hasta llevarnos a otra, una de hermanos, de amor y de un montón de cosas más que son demasiado complicadas para que yo las entienda, que soy de naturaleza casi simplona. Tiene momentos en los que te descojonas y otros en los que se te saltan las lágrimas y durante las dos horas y cuarto, jamás hay un instante en el que te aburres. Las bestias rastreras y miserables que critican a Tom Cruise deberían ver esta película, clava su papel, está perfecto y desborda la pantalla con su carisma y con una boca y dientes que con la edad han cambiado un montón, que el labio superior parece que ya no se le sube tanto y las paletas ahora son más pequeñas. Esta es una de esas películas que no importa la cantidad de veces que la veas, siempre te gusta y siempre te deja con ganas de mucho más, de saber lo que sucedió con esos dos personajes.

Incluso el más bruto de los miembros del Clan de los Orcos puede apreciar esta obra maestra, que además es obligatoria para todos los sub-intelectuales con GafaPasta. Un clásico.


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