Rambo – John Rambo


En la última década hemos ido involucionando y perdiendo un montón de libertades que teníamos a mediados de los noventa. Con la corrección política llegó un cine soso y muy lineal y atrás quedaron aquellas películas que todos veíamos de nuestros actores favoritos, unos hombres de pocas palabras pero que mataban a diestro y siniestro sin que les importara nada. Por suerte Silvester Stallone está ahí para devolvernos a ese cine que tanto echamos de menos y en esta ocasión lo ha hecho con todo un mito. Ya sé que muchos esperarán a verla en vídeo o en la tele por no reconocer que se mueren de ganas de ir a un cine y os diré que estáis cometiendo un grave error porque Rambo o John Rambo que es como se la conoce en Europa es una película para ver en el cine.

Ha vuelto EL PUTO AMO

Ahora todos somos ecologistas y come-mierdas y en público hablamos de lo mucho que nos preocupa la situación en esos países del tercer mundo que en realidad nos la suda completamente y nos horrorizamos cuando alguien hace algo en esos lugares mientras en nuestro interior lo que en realidad nos preocupa es no olvidarnos de echar la quiniela y convencer a la viciosilla de turno para que se despatarre y nos entregue el papayo. En todos estos años de olvido, Rambo se ha quedado en Asia, viviendo en un poblacho de mala muerte y demostrando que hormonarse continuamente durante tres décadas solo limita tu capacidad para combinar palabras pero mantiene tu cuerpo como un muro de grande y grueso. Una banda de julays religiosos llega al sitio y le piden que los transporte a Birmania. A él se la trae al fresco y los manda al carajo pero como una de ellas está follable y poco menos que le pone el chichi en la boca, al final cede y los apiña en la barcaza que se compró en las últimas rebajas. Tiran río arriba y como quien no quiere la cosa Rambo mata seis o siete hijosdeputa terroristas musulmanes de mierda y deja a sus pasajeros en el destino acordado. La cosa se chafa y Rambo tendrá que volver con una misión de rescate. A partir de ahí son cientos los hijosdeputa que mata, remata, acribilla, corta, pica, salpica, explota, adereza y pisotea. No hay un puto terrorista que se le resista, los mata de a uno, de a dos, de a cuatro y de a dieciséis si se tercia, sin descanso, sin que se le acabe la munición, sin mostrar ni la más mínima señal de agotamiento y en la sala de cine los espectadores aullamos delirando de puro placer animal. Esta es una experiencia religiosa, violencia gratuita suministrada en cantidades masiva, un guión tan bien hecho que dejaron atrás las ñoñerías y las polladas del cine actual y se centraron en aquello que queríamos ver. La película acabó con una ovación en la sala, con todo el mundo aplaudiendo y vitoreando a ese héroe que hemos recuperado.

Una actuación y dirección soberbia de Silvester Stallone que recordaremos durante muchísimo tiempo, una película que es puro entretenimiento y algo que nadie debería dejar pasar. Esto hay que verlo en un cine, a ser posible lleno hasta la bandera, gritando y animándolo a seguir matando porque esto es CINE. Una obra maestra. Un clásico.


2 respuestas a “Rambo – John Rambo”