Regreso a casa de madrugada


El regreso desde Gran Canaria a Holanda de este último viaje fue un poco de palizón. Con la cosa de viajar con lIberia Express, me pusieron en el vuelo que salía de Gran Canaria después de las dos y media de la mañana. Por ello, opté por no dormir ya que tenía que estar en el aeropuerto sobre las doce y media. Cuando mi madre y unos amigos me dejaron allí, miré las pantallas para ver el mostrador de facturación y el número que indicaba era el mismo que el de otro vuelo, de una compañía alemana. No tenía la tarjeta de embarque porque fracasé en el intento, usando la página web de lIberia Express con Firefox, Safari, Internet Explorer, fracasé a facturar online usando el programa para güindous fone y fracasé usando el programa para teléfonos de la manzana mordida. Por supuesto, en el aeropuerto de Gran Canaria NO HAY una sola máquina para auto-facturación, ya que pese a los millones de pasajeros que pasan cada año por el mismo, esa tecnología es muy nueva y desconocida. Me acerqué al mostrador de venta de lIberia y allí había una julay lobotomizada que me dijo que mirara la pantalla para saber el mostrador, ya que ella no lo sabía. Le indiqué que levantara la vista, mirara ella y me dijera si facturaban junto al vuelo de la chárter alemana y ella quedó confundida. He visto mandriles en el zoológico más espabilados que aquella totorota, que se le debió caer a la matrona cuando nació y jamás se recuperó del golpe. Dos horas antes de la salida del vuelo, abren cuatro mostradores que no son los que indica la pantalla y comienza la guerra entre la gente para conseguir un puesto en la cola. Recogieron mi maleta, me dieron mis tarjetas y me piré a pasar el control de seguridad, en el que por supuesto pité aunque no llevo una onza de metal encima y después busqué la zona de embarque. Entramos en el avión a la hora prevista y mi idea era dormir en el vuelo pero chico, con la mierda de asientos de recarAJo no hay quien descanse, son como tablas de duros y molestos. Lo intenté pero pasé todo el vuelo como casi dormido pero sin estarlo. Odio a la compañía esa de diseño de asientos para aviones y a sus directivos les deseo todo lo peor, siempre.

Este es un viaje en el que vamos a innovar para seguir trabajándonos el título de mejor blog sin premios en castellano y así, tendremos vídeos del vuelo de ida. Lo que viene a continuación es un documento único e irrepetible además de exclusivo, un vídeo con el aterrizaje en el aeropuerto anteriormente conocido como BARAJAS y que ahora creo que se llama aeropuerto expresidente de gobierno difunto o algo así. El vídeo está aquí:

Aterrizando en Madrid y que poco verde hay por allí

Vuelvo a repetir que el vídeo lo hice una semana antes, cuando venía desde Holanda. Lo que más me llamó la atención de Madrid visto desde el aire es lo seco que está todo, no hay verde por ningún lado. Aquello está muy amarillo. Cuando aterrizamos, sobre las seis y poco de la mañana, el aeropuerto estaba más muerto que vivo y la mayor parte de los negocios de la terrible y vomitiva terminal 4 estaban cerrados. Rellené mi botella de agua en una de las fuentes de agua supuestamente potable mientras la gente me miraba asombrada porque jamás se les había ocurrido el ahorrarse dos leuros con algo tan sencillo y posible porque por un milagro inexplicable, las botellas de medio litro de plástico que nos venden tienen un tapón que se enrosca y que permite reusarlas múltiples veces. Tras una hora y media de parada en Madrid en la que no logré conectarme al Wifi gratuito porque pretenden saberlo todo de mí y se empeñaron en decir que mi teléfono ya había sido registrado allí, seguí camino. El vuelo a Amsterdam iba petado y un grupo de pasajeros eran unos jóvenes con mochilas de sesenta y cinco litros que ni de coña deberían ser consideradas equipaje de mano y que en Ryanair, Transavia, Wizzair, Easyjet serían una fuente extra de ingresos para la compañía pero los de lIberia Express están algo confundidos y aún no lo hacen. Salimos en hora y el piloto dijo que tardaríamos dos horas, que visto que en sus aviones no se puede dormir usé para ver unos cuantos episodios de mis series favoritas y jugar con el iPad. El vídeo que viene a continuación es otro documento exclusivamente único e irrepetible y que también fue tomado en otro momento temporal. Aunque aterricé en Amsterdam, el vídeo muestra el despegue en Amsterdam realizado el sábado de la semana previa. El vídeo está aquí:

Despegando en el aeropuerto de Schiphol

Al llegar, salí del avión y fui a las cintas de recogida de equipajes. El relativo a nuestro vuelo apareció en la cinta CUARENTA Y CINCO minutos después de aterrizar, imagino que aquí es donde se nota lo de BAJO COSTO. La misma cinta la compartían cuatro vuelos y los operarios deben tener muñones en lugar de brazos y tardan mucho en empujar con sus cuerpos las maletas a las cintas.

Dando por sentado que soy espléndido y no un rastrero como todos aquellos que jamás vaciaron MI LISTA DE DESEOS, tenemos un tercer documento asombroso y cuasi maravilloso. Sucedió el sábado en el que viajaba hacia España. Amanecía, el sol se cansaba de los asiáticos y se venía para Europa y yo estaba allí para documentar ese momento con sol, aeropuerto y avión de lIberia Express. El vídeo está aquí:

Amanecer en Schiphol, Here I come e Iberia Express

Al volver a Utrecht tuve que ir en guagua a mi casa porque con la maleta con veinte kilos no podía ni de coña cargarla en la bici y en su interior llevaba los quesitos y las cositas que voy a comer en el otoño, además de tres botellas de vino para cuando el Rubio me invite a su casa. Y así cerramos la semana en la que fui a que me pelen en Gran Canaria y me harté a tomar el sol.


2 respuestas a “Regreso a casa de madrugada”

  1. Que buena idea de hacer los vídeos, me encantan los despegues y los aterrizajes hechos con buen pulso… 🙂
    Salud

  2. Se sigue llamando Barajas, pero ahora le añaden el nombre de Suárez.
    Al menos te saltaste la semana de temporales que tuvieron en tu isla, ese es tu ángel de la guarda, que curra mucho.