Se, jie – Deseo, peligro


Hay películas que ni muerto veo en Holanda. Casi siempre es porque se hablan en alguna lengua bárbara e impía y prefiero a pillarla en alguno de mis saltos a España y así disfrutar obscenamente de la aberración que supone el doblaje. Cuando mi dominio de la lengua sea completo imagino que dejaré de hacerlo, pero por ahora dejemos las cosas como están. Aprovechando las Navidades fue a ver Se, jie o Deseo, peligro que es como todos la conocemos.

Un julay cabezudo chino airea su micro-pene

La duración de la película me asustó un poco ya que son más de dos horas y media y solo me tranquilizaba el saber que está dirigida por el afamado Ang Lee, el mismo que nos regaló la mejor película del 2006. Aún así, según pasaban los minutos y los cuartos de hora yo le iba quitando puntos y aunque ha terminado con un aprobado, no me quito ese regusto a decepción por todo lo que pudo ser y no fue. Básicamente tenemos la historia de una mujer que se junta con unos malajes de amistades y acaba metida en un grupillo de terroristas cabezudos chinos que quieren liberar a su país del hedor japonés que lo asola. Se plantean como misión liquidar a un compatriota cabezudo que colabora con los pescaderos y después de un fracaso inicial, podremos ver como ella se infiltra en la vida del hombre y acaba metida en el catre con él y chupándole el chupa-chups hasta el infinito y más allá. Mi problema es con la velocidad de la historia, me sobraban minutos de partidas al bridge entre mujeres, me sobran escenas de miradas lánguidas con la cámara dando bandazos dentro de la habitación y definitivamente hay subtramas que las borras y no se nota en el producto final. Por culpa de eso mi recuerdo es de momentos de tedio seguidos de erecciones cuando aquellos dos pecadores se lanzaban al tálamo y se restregaban órganos sexuales para asegurarse que las ladillas del uno y la otra se llegaban a conocer. Eché de menos el tener un control remoto para saltarme todo ese masque y centrarme en el asunto.

Aún así, os recuerdo que soy más básico que una silla sin tapizar de Ikea y que con la edad cada vez tengo menos paciencia con el artisteo ese que busca la sublimación emocional. A mí dadme la chicha y quitad todo lo demás. Pese al sexo, a menos que tengas gafas de culo de botella, ceja única y leas habitualmente atrocidades como la trilogía del julandrillo yo te diría que te esperes al día en que la pongan en la tele y así duermes tan a gustito en casa.
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