Después de la tempestad siempre llega la calma y sale el sol. Esta mañana me levanté con la planta baja de mi casa manga por hombro pero con la tranquilidad de saber que no teníamos que arrancar más papel de las paredes. Después de desayunar esperé a que llegara el señor que está trabajando y cuando lo hizo nos tomamos un café y fuimos juntos a una de esas macro-ferreterías a comprar el material.

Al volver a casa yo lo dejé trabajando y cerca de las diez y media me marché a la oficina para pasar un día con la tranquilidad que da el estar en un entorno en el que no hay que hacer cosas en las paredes. La tarea de hoy en mi casa es algo que en holandés se llama Voorstrijk y que yo por descontado no tengo ni idea de como se puede traducir. Para aquellos intelectualmente inquietos que quieran saber como se pronuncia ese concepto tendrán que juntar un Fos como cuando alguien se tira un peo y apesta un montón con un str como los que gritan en los partidos de algún tipo de deporte del que ahora no me acuerdo y un aic, como en el dicho ese que viene a decir que aiga o no aiga … y todo junto nos da un Fos-str-aic.

El concepto detrás del trabajo del día es que antes de aplicar la substancia hay que poner una base a la que se agarrará lo que venga después y facilitará que el hormigón no se trague lo que le echen. Esta capa es bastante líquida y tarda unas veinticuatro horas en secarse. Vistas las fotos, no parece que haya sucedido mucho en mi casa pero si entráis veréis que malamente se puede respirar en la zona por el fuerte contenido químico que hay en el ambiente.

En la segunda foto tenéis una vista más clara de la gran pared que va de lado a lado de la casa, un muro de hormigón de más de veinte centímetros de grosor que me aísla de la chusma que vive al lado, y al fondo la mega ventana que da hacia el jardín, idéntica a la que estaba detrás de mí y que da a la calle.