Debe ser terrible criarte en los Estados Unidos. Los adolescentes de ese país están sometidos a tantas estúpidas tradiciones que han de cumplir antes de convertirse en adultos que la verdad, no puede ser muy divertido, sobre todo si no eres la Reina de la clase o el puto minusválido cerebral que es un máquina en los deportes y que cuando no está jugando solo piensa en clavar a la guarrilla de turno su aguijón y reírse de ella con sus amigotes descerebrados. Viéndole el lado positivo, las películas de adolescentes siempre son entretenidas y te ríes un rato aunque sean tan predecibles. Las última de esas películas que he visto se llama Sex Drive y en España aún no tiene fecha de estreno.

Un julay cansado de pelársela con las putillas del feisbuc se va en busca de la chocha a la que quiere empalar hasta los huevos

Un chaval medio acarajotado y rarito chatea mucho con una putilla viciosa de la red y fantasea con pulírsela algún día mientras sus huevos siguen creciendo y acumulando la leche de la vida. Por casualidades de la vida, roba el coche de su hermano mayor y se va con sus mejores amigo y amiga en busca de la tipa. En el viaje todos encontrarán algo que los completará como seres humanos y nosotros nos lo pasaremos bomba con un montón de escenas absurdas y divertidas.

Creedme que tener que reconocer dos veces en el mismo año que James Marsden es un buen actor es algo que me ha costado bastante. Me encantó en 27 Dresses – 27 vestidos y me ha vuelto a gustar en esta película haciendo de hermano mayor y medio psicópata que hace la vida del otro imposible. Los jóvenes vivirán una de esas aventuras inolvidables y totalmente absurdas que en cada escena están llenas de chorradas divertidas. Los tendremos de todos los tipos posibles: guapos, feos, tontos, listos y cuando todo lo demás falla, las tías se quitan las camisas y enseñan unas domingas perfectamente siliconadas y esos dientes blancos más falsos que Judas y nos volvemos a centrar en el asunto, el que quiera que sea. La amistad, el amor (o más bien el sexo) llenan las conversaciones de ellos igual que lo hacen con las nuestras. Desvarían y tratan de encontrarle un sentido a la vida ya que aún no saben que no lo tiene, que esto es lo que hay y lo tomas o te lo pierdes.

Una buena comedia, entretenida y que por supuesto que no nos hará pensar pero al menos nos ayudará a matar más de hora y media y es una excusa perfecta para ir con los amigos al cine