En 1983 acababa la trilogía original de la guerra de las Galaxias. Ese año pasé el verano en los Estados Unidos en casa de mis tíos. Os podréis imaginar cual fue la primera película que fui a ver al cine. Meses antes de su estreno en España, yo era uno de los privilegiados que la habían visto. Aunque fui muchísimo al cine ese verano, por algún motivo sólo recuerdo esta película. Fue también la primera vez que iba a un multicines, en el centro comercial Tysons Corner, en aquellos tiempos el más grande de USA. Habían dos multicines dentro de dicho centro comercial, para que os hagáis una idea de su tamaño. Fue también la primera vez que escuché las voces originales de los actores y no las que doblaban la película al español.
Tengo infinidad de recuerdos de aquella película. Frente a la oscuridad de la segunda, en esta última entrega la historia estaba más cercana a un chiquillaje como yo. Era cine de palomitas puro y duro. Había acción por todos lados, los malos sacaban lo peor de ellos mismos y los buenos eran empalagosamente buenos.
Durante los años siguientes discutimos un montón por culpa de esta entrega. La forma en la que se culminó la saga, las revelaciones que allí tuvieron lugar, marcaron los debates de nuestra adolescencia. En eso se distingue la Saga de las Galaxias con otras series de películas. Nos hemos pasado veintiocho años discutiendo y demostrando saber más que nadie, determinando los cómos y los por qué de todas y cada una de las decisiones que llevaron a la muerte de Lord Vader. Incluso ahora, cuando la he vuelto a ver, descubro pequeños detalles, referencias semiescondidas que me hacen sospechar que la verdad aún no ha sido dicha. De esta película me quedo con la princesa Leia medio en pelotas. Se pasa la primera parte en bikini mientras el baboso de Jabba el Hut trata de lamerla toda. Nunca Leia estuvo más cachonda, más follable. Su carisma sexual era tan fuerte que una mala bestia como esa no podía resistirse a ella. Por descontado, Leia sabía que el uno podía tener su espada láser, que el otro podía tener su mono peludo y su nave cochambrosa, pero ella era la dueña del cotarro, la única a la que bastaba agitar uno sólo de los músculos de su vagina para que todos acabaran por los suelos adorándola.
Junto a ella, Han Solo perdió bastante fuelle en esta película, en parte debido a su misión en el planeta de los Ewoks, malas bestias que al igual que Jar Jar Binks nunca debieron haber nacido. Estas pequeñas bestezuelas fueron la cruz de esta película y lo que siempre le ha restado credibilidad. Sin ellos el Retorno del Jedi sería un clásico pero con su presencia, manchan la historia profundamente y la alejan del olimpo. Yo iría con gusto a ese planeta a matar uno por uno a esas alimañas y montaría un negocio de abrigos de piel, si es que se puede hacer algo decente con esas bolas de pelo. Otra cosa que se le nota a Han Solo es lo mal que llevó el paso de la segunda a la tercera película en cuestión de cuidado personal. Envejeció bastante, pese a estar congelado durante esos tres años. Se le veía un poco decrépito y barrigón, nada que ver con el chavalote que saltaba a la comba en la primera película.
Y el que continuó en caída sin freno fue Luke Skywalker, el caminante del cielo. Si en la segunda se le veía mal, en esta parece apajarado, entre bobalicón y asimplonado. El rollo Jedi le puede mucho y lo ha convertido en un metrosexual de mierda que no sabe donde meterse entre tanta suciedad. Su rollo mental está más rallado que los discos de Enrique y Ana. Le falta carisma, aplomo, alegría para llevar el papel que le ha tocado. Se supone que esta es la historia de como él fue el elegido entre todos para acabar con el imperio y por momentos parece que trabaja de funcionario en un banco de pueblo. Con los años, me di cuenta que además el hijoputa es un asesino de Jedis del quince. Fijémonos en su trayectoria. Le puso la pierna encima a Obi-Wan y se lo cargaron. Después se la puso a Yoda y le dio el pasaporte. Más tarde acabó con el emperador y con su propio padre, Darth Vader. Cuando llegamos a los títulos de crédito finales, el cabrón de Luke ha finiquitado a todos los Jedis que habían en la saga original. Siempre que murió uno de ellos, él estaba de por medio en el plano, aunque en ocasiones no fuera el que ejecutaba la sentencia. Nunca me calló bien este chico.
Darth Vader fue el gran perdedor en esta última entrega, aunque no me queda muy claro si realmente perdió algo. Acabó con sus sueños de reemplazar al emperador. Antes de morir se redimió y conquistó su espacio en el paraíso de los héroes legendarios. Darth Vader, que comenzó en 1977 como el malo a batir, terminó sus días como la persona que lo provocó todo, el alfa y el omega de esta saga y también como el gran vencedor moral. De ser malo malísimo, en el tiempo que tarda un sable láser en cortar el aire se transformó en padre de gemelos y sufrido empleado de multinacional a cargo de jefe déspota. Todos quisimos alguna vez estar a sus órdenes, escuchar su respiración venir por el pasillo y mostrarle con orgullo como habíamos completado las tareas que nos había encomendado. Incluso tras morir, durante su entierro, con las llamas devorando su familiar máscara, sentimos lástima por el hombre y por el Jedi caído. En la edición en DVD han cambiado su apariencia tras resucitar y aparecerse junto a los otros Jedi frente a Luke. Ahora aparece con el aspecto del actor que lo encarna en su juventud. Este cambio ha sido muy discutido por algunos seguidores de las películas, pero para mi es perfectamente natural que su reencarnación como Jedi sea con la pinta del chico que traicionó a la república y no la de un tipo al que nadie conocía.
Las tres películas originales llegaron a nuestras vidas durante un periodo de seis años y han servido para darnos temas de discusión desde entonces. No hay friki que se precie que no tenga sus teorías al respecto. Cada uno tiene su favorita y defenderá a capa y espada sus razones para denigrar las otras películas. Yo me quedo con El imperio contraataca, ¿y tú?
Que la fuerza os acompañe.
Una respuesta a “Star Wars Episodio VI: El retorno del Jedi”
Space Balls… 😀
No,… la guerra de las galaxias o el retorno del jedi… ya te lo he comentado, pero para hacerlo publico. Y como buen freaky de SW, me he leido libros y tal, de una serie que sacarón, el acabose fue «La Estrella de Cristal», con los gemelos de Han Solo y Leia…