Subiéndose al carro


Filipinas 2015 from Weyland Yutani on Vimeo.

Todo quisqui sabe que lo que tenemos en común la compresa de una coja y el Elegido, de Uitverkorene, The Chosen One o il Prescelto es que nos movemos que no veas. Mi vida, mientras la salud y la economía lo permitan es una secuencia continua de saltos a lugares que quiero visitar y en los que descubro maravillas. Por supuesto, al ser el autor del mejor blog sin premios en castellano, todo queda super-hiper-mega documentado por aquí. Como en los saltos a Asia tengo una cantidad limitada de tiempo y ganas, esas anotaciones suelen venir a palo seco, sin fotos o vídeos. Para compensarlo, aquellos que así me lo piden son añadidos a una lista de correo en la que prácticamente cada día, reciben una o varias fotos y algún tipo de información que les permite ubicarme en el lugar del universo en el que estoy ese día. Ese correo es una de las grandes tradiciones de Distorsiones, el lugar en el que nada es lo que parece y salvo por mi familia, el resto se ha de añadir voluntariamente.

Este año vuelvo a repetir con las Filipinas, lugar increíble y asombroso como se puede ver en el vídeo que encabeza esta anotación y que está compuesto con las fotos que fui enviando a todo el mundo el año pasado. Todavía no sé el recorrido que haré pero como quedan tres semanas hasta que vuele hasta allí, les sugiero que aquellos que quieran recibir el correo, lo PIDAN. ¿Cómo hacerlo? Es una tarea muy complicada y quizás no apta para los seres sin un desarrollo completo de su capacidad cerebral. Hay que mandarme un correo, a sulaco [cataluñaNOSROBA] gmail [PUTO] com y por cortesía, por cachondeo o porque os sale de la pipa del eso, también podéis dejar un comentario por aquí informando al populacho que os habéis apuntado.

EN el correo y SOLAMENTE en el correo, aquellos seres humanos que quieran de manera única y exclusiva beneficiarse de mi infinita bondad, podrán indicar un nombre auténtico (me niego a mandar nada a Chu Pamela) y una dirección postal y puedo comprometerme y me comprometo a enviar una postal desde las Filipinas al nombre y la dirección indicados. Cualquiera que se apunte una vez esté en ruta no podrá participar. Quedan también excluidos mis enemigos más queridos y los que menos. Al ser un acto de bondad infinita, si no os llega me la traerá al fresco. Para demostrar que mi bondad está a tres metros sobre el infinito, aquel ser humano o inhumano que sea el primero en confirmar la recepción de la postal en un comentario en cualquiera de las anotaciones que sean escritas durante el viaje recibirá un regalo sorpresa con un recuerdo de las Filipinas. Como aquí hay mucho rumano y hasta algún truscolán, además del comentario tendrán que mandarme un correo con una foto de la postal para que yo me lo crea.

Si no ha quedado claro, a leerlo dos o tres veces más. Aquí queda dicho.


11 respuestas a “Subiéndose al carro”

  1. Ahora me apunto, pues el viaje a las Filipinas junto con el de Vietnan son los que mas me han gustado de Asia.

  2. joder que lio, tu tienes todos mis datos desde siempre, anda, apúntame hombre, plis, hazlo en atención a la ancianidad… 🙂
    Salud

  3. Hasta ahora, Montse, Genín, Uno+cero, Luis y Evelyne se han apuntado. Genín me debería mandar su nombre y dirección por email porque ando apurado de tiempo para rastrear el correo de hace años. O sea, a día de hoy, cinco en la lista y cuatro con postal garantizada.

    Para que los más acarajotaos no digan que no han visto la anotación, la he fijado a la página principal y la pondré y quitaré de ahí cada dos o tres días. Así, el que no se apunte, fue PORQUE NO QUISO.

  4. OK Sulaco te lo mando, espero que tenga yo tu dirección, supongo que la tendrás en el blog también, reconozco que te echaba el muerto por vago, flojo, o como dicen aquí, perro, lo siento, cada cual es como es… 🙁
    Salud