El relato de este viaje comienza en Primer día. Paseando por Sevilla
Nuestro tercer y último día comenzó desayunando en la Alameda de Hércules, en un local con una gigantesca lámpara hecha con botellas que seguramente cuando está encendida tiene un obsceno derroche energético. Pedimos unas tostadas pero el concepto allí era algo distinto y nos pusieron un pedazo de pan enorme abierto y pasado por el grill. Desde allí caminamos hasta el Puente de la Barqueta el cual cruzamos haciéndole fotos al Puente del Alamillo. A esas horas tan tempranas ya había gente con piraguas entrenándose. Al llegar al otro lado del Puente pasamos junto a Isla Mágica, cerrado en la temporada de invierno. El sitio da un poco de grima y los alrededores parecen sacados de una de esas películas catastrofistas de la tierra cincuenta años después de un gran desastre. Hay edificios que vivieron la gloria de los pabellones de la Expo 92 y que desde entonces solo acumulan hierbas y podredumbre del hierro con el que fueron hechos, con vallas caídas y un aspecto desolador. En cada cruce había una pareja de policías y al menos no te sentías inseguro pero no es un lugar como para visitar y admirarlo. Fuimos por el Camino de los descubrimientos hasta la parte trasera del Monasterio de la Cartuja de Santa María de las Cuevas. Hay una puerta justo al lado de la Pasarela de la Cartuja por la que se puede acceder al lugar. Pasamos junto al Ombú del monasterio, que se dice fue plantado por el hijo de Cristobal Colón. Yo creía que era un árbol pero en realidad es una hierba, solo que un poco exagerada. La entrada al lugar cuesta tres euros y un céntimo. En el monasterio ahora se encuentra el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Yo solo quería ver el recinto monacal, lo otro me la sudaba y como es bien sabido, soy como un cacho de carne con ojos. De la exposición Equipo 57 solo puedo decir que me pareció una mierda y de Mark Lewis. El cine de lo cotidiano también he de mostrar mi profunda e intensa repulsión. Todavía no me puedo creer que alguien pague a un julay que pone una cámara delante de un edificio, graba un rato a la gente que pasa por el lugar (si es que pasa alguien) y después lo vende como arte que los intelectuales y parásitos que viven de todo tipo de canon y subvenciones seguro que saben apreciar y disfrutar. Dejando atrás toda esa mierda llegamos al Claustron del monasterio y allí empezó lo interesante, un viejo edificio, con sus salas, su encanto, sus rincones y sus secretos y mentiras. Hay momentos que parece oírse a sus antiguos habitantes susurrando y conspirando contra su propio Dios. La Sala Capitular del monasterio tiene en su interior varios sepulcros preciosos que fueron colocados en ese lugar tras la rehabilitación previa a la Expo. Al salir cruzamos el Guadalquivir por la Pasarela de la Cartuja y volvimos a la zona de la Catedral. Al lado del ayuntamiento una banda tocaba en la calle y la gente los escuchaba vestidos de domingo. Hacía un montón de tiempo que no veía algo así. Nos tomamos algo en una de las cafeterías que están por la zona y a la hora de comer repetimos en el Meson Serranito que sabíamos que atienden rápido y tienen buena comida. Después de comer pasamos por el apartamento a buscar nuestras cosas y fuimos hasta la estación en donde se separaron nuestros caminos. Yo volvía a Holanda y tomé el autobús que va al aeropuerto y M regresaba a Madrid en AVE. Y así acabó este pequeño viaje.
11 respuestas a “Tercer día. Los puentes sobre el río y el Monasterio”
Para ser dos dias y medio creo que vimos bastante. Tras visionar las fotos (unas 300 y pico) me di cuenta de que siempre hay algo nuevo que te sorprende de Sevilla (ya habia estado en otras ocasiones).
Evidentemente visitarla en verano es como ir de fin de semana al mundo de Hellraiser.
Espero que te lo hayas pasado bien; a ver que se nos ocurre para mas adelante!!
La próxima vez, Bilbao, Lisboa, Oporto o Toledo. Y a ver si alguna aerolínea de nueva degeneración se enrolla y conecta Galicia porque me gustaría volver a Santiago de Compostela y visitar también La Coruña.
La zona de la Cartuja (EXPO) ha estado muchos años abandonada y sin sacar ningún provecho, salvo la mierda esa de Isla Mágica, en la que no me voy a gastar ni un céntimo. Han dejado que se destruya un cine Imax, jardín botánico, el tren que atravesaba la Cartuja así como los funiculares. Poca visión comercial y mucho político corrupto.
Ahora sin embargo es sede de muchísimas empresas tecnológicas de toda índole…ahí están las unis privadas y también ingenieros (el edificio es una pasada), además de varios centros de investigación. Y no paran de construir. Lo malo es que sino conoces la zona y vas en fin de semana te vas a encontrar un montón de cosas con valla, y te vas a perder muchos edificios chulos. Otros son normaluchos por fuera pero por dentro son maravillas. Pero sí…de ahí se han cargado un montón de cosas…como los paseos con especie de toldos hechos con plantas…que además de hacer bonito dan un fresquito muy agradable…
Pues tu «favorita», Clickair, viene a Coruña, me enteré ayer cuando buscaba billetes para Barcelona y me dieron la grata sorpresa de que hay vuelos directos, habrá que darles la oportunidad, porque lo de ir por Madrid me parecía tercermundista.
Y por supuesto, sobra decir que a mi tambien me gustaría que nos visitaras!
Hola, Sulaco.
Llevo unos meses sin leerte, ando un poco dispersa en general, y hoy me ha dado por ahí y veo esto de Sevilla… Si fuiste el fin de semana del 27 de enero, hemos coincidido allí. Vaya casualidad. Es la segunda vez en mi vida que voy a Sevilla.
Mi chico corría la media maratón con unos amigos (yo me limité a forrarme a tapas, ya que comer es mi deporte). No pudimos ver nada interesante porque éramos un grupo muy grande, nos movíamos como diplodocus moribundos, y encima condicionado por la niña de año y medio de una pareja. (Conocer a esta niña me está reafirmando en mi cada vez más profunda creencia de que nunca tendré hijos. Demasiado riesgo de parricidio).
La vez anterior sí que hice turismo, y lo que más me gustó fue el Alcázar y sus jardines. Fui en diciembre, la temperatura de día ideal, pero por las noches nos congelamos en una pensión de mala muerte sin calefacción (éramos pobres). Ah, y me reventaron la cerradura del coche a los 20 minutos de aparcar. Lo había dejado vacío y con la guantera y la bandeja del maletero abiertas, para que se viera que no había nada. Ni aun así.
Esta vez fuimos en Ave, de lujo. Nuestros amigos fueron en coche, por su poca previsión para pillar billetes baratos.
Me acabo de dar cuenta de que parricidio es de hijos a padres… Filicidio (no lo había oído nunca) parece que es lo correcto. Vamos, que cada vez me siento más identificada con Herodes, Ese Gran Incomprendido.
Gatagris, yo creo que la pasma que había en la zona de la Cartuja era por la maratón. De hecho, el que iba en primer lugar cruzó bajo la Pasarela de la Cartuja justo cuando estábamos terminando de cruzarla (tengo fotos del colega siguiendo el coche con el cronómetro y una moto de la poli por delante).
Lifestraveller, lo que deberían arreglar es la zona cercana al río que es la que los turistas ven y no dejarla como está, que parece un escenario de la película Mad Max.
Virtuditas, no vuelan a Amsterdam desde ahí, que es lo que me hace falta. He mirado aeropuertos cercanos de Bélgica y Alemania pero no parece haber nada.
Ahora mismo, a 1 de febrero, mis posibilidades son:
Desde Amsterdam:
– Vueling a Madrid,Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga. La semana que viene visito Málaga y habré estado en todos los destinos Vueling.
– Clickair a Sevilla y Barcelona
– Easyjet: NO hay vuelos a España desde Holanda
– Ryanair: desde Eindhoven a Madrid y Valencia, ciudades en las que ya he estado.
– Transavia: Varios sitios del sur de España a precios abusivos.
Deberían arreglar tantas cosas que los turistas ven..y sin embargo ahí están…hechas un puto asco. Da gracias a Dios que no viniste hace un año y pico. Te hubieras encontrado con una ciudad destruida por una bomba nuclear..medio centro levantado y lleno de barro….una delicia para el turista.
Es cierto, la Cartuja, de pena… se llevaron los «minolles» a raudales, como con el metro hace 30 años: robo para construirlo, robo para soterrarlo (o taparlo o lo que sea). En un coloquio de una tele local pregunté que por qué no se aprovechaba el monorrail para el aeropuerto, etc. y me contestaron que porque en realidad era un juguete… ¡coño, que me lo regale a mi! que joios, digo… que politicos…
El gremio de los taxistas habría luchado a muerte si ponen un monorrail entre la ciudad y el aeropuerto. Eso les mata muchísimo negocio.
OFF-Topic: Acabo de actualizar WordPress y aunque todo parece estar funcionando, si alguien nota algo que me avise por los comentarios.