The Dukes of Hazzard – Dos chalados y muchas curvas


 El por qué voy a ver una película y no otra es un gran misterio, incluso para mí mismo y mis intríngulis. Si es de miedo, voy porque me gusta el género, lo mismo que la ciencia ficción. La fantasía la raciono más porque siempre me ha parecido un cine más mariquita con sus elfos y sus pollabobas brincando con leotardos y haciendo el panoli. El cine de acción me gusta pero también selecciono bastante y los dramas sólo cuando no huelen a sobremesa de Antena Tré. Con las comedias tanto de lo mismo. Unas las veo y otras espero a que las pongan en el avión y me las pego sobrevolando Europa.

The Dukes of Hazzard entra en el grupo que pasa la criba, sobre todo porque el trailer me parecía cachondo. Mirando en Internet he descubierto horrorizado que a mi país llegó como Dos chalados y muchas curvas en lugar de como Los duques de Hazzard. Maldito sea el traductor y el que le paga el salario.

Para quien no sepa de que va la cosa es bien sencillo. Dos primos entre abobancados y gilipollas han de salvar al pueblo en el que viven de una desgracia medioambiental en la forma de especulación industrial. Nadie los cree salvo su prima, algunos otros miembros de su familia y los otros frikis del pueblo. En su lucha pasarán por todo tipo de situaciones absolutamente increíbles y siempre saldrán airosos, a pesar de su torpeza. La película es fresca, divertida, tiene buenos golpes y un par de tetas de escándalo que te dejan abobado.

Dirige un tal Jay Chandrasekhar del que estoy seguro que todos habréis oído hablar a menudo, al igual que yo, porque aquí somos todos intelectuales. Es una comedia y el hombre no se molestó en aportar su grano trascendental o similares. Hay cachondeo, hay volatadas y hay todas esas cosas que esperamos en el cine de amigotes, risotadas y gritos. Para los dos papeles principales se escogió a un dúo alucinante: Seann William Scott y Johnny Knoxville. Ambos se lo curran y te hacen pasar un buen rato. Hay momentos en los que no son más tontos porque no se entrenan con Forrest Gump y tienen sus instantes enternecedores, que duran lo que un caramelo en la puerta de un colegio. Ambos tienen bastante química entre ellos y eso se nota. Se ve que se divirtieron y logran transmitir esa sensación. A su lado está ELLA, una mujer que ha debutado en el cine a LO GRANDE, Jessica Simpson y sus tetas y sus labios y su todo, todo, todo. Sólo por ver semejante hembra merece la pena pagar la entrada. Cada uno de sus planos es digno de un visionado a cámara lenta. Calculo que hubo al menos cincuenta pajas en el cine, la lefa volaba por la sala como serpentina en un desfile. El director no se andó con chiquitas y la vistieron casi sin ropa y apretando en los sitios adecuados para que la masa corporal resaltara esas cosas que merecen ser resaltadas. Creo que hasta la dieron algunas frases pero he de ser honesto y decir que estaba tan abobado que no me acuerdo. Cualquier macho que vea la película y no sea capaz de apreciar ese pedazo de actuación de la Jessica Simpson debería ser honesto consigo mismo y salir del armario.

Así como de pasada decir que salía también Burt Reynolds, sí, el tío ese que hacía Westerns hace mil millones de años. Que queréis que os diga. Entre ver un tostón o una de esas mierdas producidas con dinero público y que duermen hasta a las butacas del cine y pasármelo bien yo lo tengo bien claro. De cañón a esta película. No hace falta que os llevéis el cerebro con vosotros aunque es ABSOLUTAMENTE necesario el ir con las gafas y sentarse bien cerca de la pantalla para disfrutar de esa hembra antológica en toda su gloria.
gallifantegallifantegallifante


2 respuestas a “The Dukes of Hazzard – Dos chalados y muchas curvas”

  1. pues a ver si vamos a intelectualizarnos, que a uno el trabajo le está dejando licuado el cerebro. Si es que … 😀