The End Of The Tour


Han coincidido dos películas en el cine que hablan de Tour y yo relaciono la palabra con la carrera ciclista francesa y en mi cabezón, estaba convencido que iba al cine a ver como descubrían los trapicheos con circunstancias prohibidas de esos atletas a los que deberían patrocinar las compañías que crean las substancias y que gane el mejor, que no termino de comprender por qué no los dejan que se dopen si quieren y ver a donde nos lleva la tecnología de ese ramo. Estaba equivocado y resultó que esta era otra y que el Tour era otro, tampoco musical sino literario. La película se titula The End of the Tour y creo que llega a España casi al final de enero del año próximo.

Dos julays se van de sarao por la periferia

Un escritor americano al parecer ha hecho un clásico y otro escritor lo quiere entrevistar para cierta revista musical. La película narra el encuentro entre ambos y los días que pasaron juntos y como parece que hay poca conexión entre ellos.

Todo el mundo está más o menos chiflado pero por lo general, los grandes autores son los más locos de todos y el protagonista de esta película es un pedazo de regalo del copón. El hombre tiene una fascinante colección de neurosis, es inestable y cuando es acosado periodísticamente por otro escritor que quiere hacer un artículo sobre él para una revista, todo comienza bien pero después de un tiempo la cosa se sale de control y aparecen los malos rollos. La idea de seguir a esta extraña pareja durante un tiempo en el que pasan prácticamente todo el día juntos parece absurda pero funciona y la historia resulta muy interesante. Por supuesto, jamás leí la novela (o novelas) de ese autor y la película no ha despertado mi interés, pero las reflexiones que hacen resultan muy válidas y hoy en día, con todo el mundo conectado a Internet las veinticuatro horas y pendiente de las vidas de los demás, las cosas que los asustaban ahora son más terroríficas. Aunque aparecen personajes secundarios de cuando en cuando, esto es prácticamente un duelo a muerte entre Jason Segel y Jesse Eisenberg. Particularmente, me quedo con este último, que creo que borda su papel. La película es lineal, no nos distraen con cosas del pasado y cuando quieren que conozcamos alguna cosa de esos tiempos mejores, alguien nos la cuenta, que es la manera natural de averiguar. El director sabe mantener la atención de los espectadores con una historia que se puede etiquetar como demasiado intelectual y crea un producto interesante. De cuando en cuando hay algún momento divertido con los roces entre los chamos.

Prohibida por completo para miembros del Clan de los Orcos. Su neurona única jamás podría procesar este caudal de información. De obligatorio visionado para los sub-intelectuales de GafaPasta.


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