La peli que voy a comentar se estrenó esta semana pero solo la programan en Utrecht a partir de las diez de la noche y por mucho que me gusten las pelis de terror, lo de llegar a mi casa después de la medianoche y tras media hora de bicicleta posiblemente bajo una intensa lluvia, no me mola nada de nada así que aproveché mi última visita a la filmoteca en Ámsterdam para verla por la tarde, que son horas más dignas. Supuestamente es una peli de terror y es la segunda parte de una que ni yo ni nadie vimos porque se estrenó durante la pandemia podemita y truscolana directamente en vídeo y plataformas digitales y tales y tales. Se titula The Wrath of Becky y en España no se sabe si se estrenará aunque se dice que de hacerlo, el título sería truscoluña no es nación.

Una julay se emputa que no veas y arrasa con el clan de los jinameños, sin chimpún.

Una tal Becky que es huérfana después de lo que pasó en una película que ni yo ni nadie vimos, se escapa de la keli de unos frikis que la han adoptado y acaba viviendo en un poblacho con una vieja chiflada. Al pueblo llegan unos pavos que parece ser que pertenecen a una célula terrorista patriarcal o algo así y matan a la vieja, raptan el perro de la pava y bueno, se emputa que no veas y busca a los pavos y después hace una escabechina en el lugar porque ella es así de fastuosa.

Bueno, decir que esto es una peli de terror es estirar la definición más que un chicle bazoooka, pero lo que sí que es, es cine gore con muertes fastuosas y gloriosas en primer plano y en las que la pava y los demás acaban cubiertos de sangre y restos humanos. En lo referente al guion, esto tiene muy poco o poquísimo, pero tampoco lo necesitan. Nos juntan con los que van a luchar y a morir pronto y con todo el mundo en una keli, ya todo lo demás es muerte tras muerte y a ser posible, sangrientas. En ese sentido la película entretiene un montón, pero que nadie se espere algo muy elaborado. Seann William Scott fue la sorpresa, no sabía que este hombre seguía actuando, aunque visto el tipo de pelis, está claro que lo hace en la ultra-periferia del cine comercial. Si no le haces mucho caso a lo que dicen en la peli, se disfruta bastante y hasta te obliga a cerrar los ojos en alguna ocasión porque sabes que el tiro con la escopeta va a ser a corta distancia y aquello se convertirá en una bacanal de sangre y carne.

En principio, esto es perfecto para que lo vean los miembros del Clan de los Orcos, aunque yo les diría que lo vean en la tele de su keli. Prohibida para los sub-intelectuales con GafaPasta.