Tú hazme caso tolete


Yo llevo muchos años entrenando a mis vecinos y después de muchísimos disgustos, hoy en día es que los miro y se me desinfla el pecho de orgullo. Me costó una década que cambiaran de compañía de energía, acto puramente digital en el que no sucede nada de nada físicamente pero en lugar de pagarle a este, que seguramente es el que de verdad pone el gas y la electricidad en las líneas y tuberías, le pagas a aquel y de alguna manera extraña, te ahorras una pasta. Esto es algo que tienes que hacer de manera regular, todos los años, ya que los precios son prácticamente idénticos, hay una diferencia ínfima entre el operador de aquí y el de allá, pero en donde ganamos dinero los clientes, es en el conocido como regalo de bienvenida que paradógicamente, no te dan hasta que acaba el contrato, con lo que debería llamarse más bien, regalo de despedida. Es ahí en donde consigues un descuento de cien, ciento cincuenta o doscientos euros y firmas por un año y cuando se cumple y ellos están dispuestos a subirte la tarifa, cancelas tu contrato y te vas con otra compañía que te espera con las pezuñas abiertas y un nuevo regalo de bienvenida que te darán al final del contrato y se convertirá en tu regalo de despedida y repites el ciclo una y otra vez, teniendo siempre un descuento considerable en la factura de la electricidad y el gas y hay otro jugador que gana con esto, que son las empresas mediadoras que se encargan de hacer todas las gestiones por ti. Tú les autorizas y ellos le dicen a uno que pierde un cliente, le dicen al otro que lo ganan y después, por ley, esos dos se tienen que hablar y acordar el cambio, ya que también por ley, impedirlo es un crimen. Mis vecinos pasaron de pagar ciento cuarenta leuros a pagar noventa y tres, por la misma electricidad y el mismo gas, lo cual supone cuarenta y siete leuros de ahorro al mes o quinientos sesenta y cuatro en un año. Ya les he dicho que después del primer salto, los siguientes no son tan espectaculares, pero doscientos leuros menos son doscientos leuros menos, eso lo puedes gastar con muchas putas sin dientes de la capital del Reino de los Países Bajos o comprándote un telefonino de pobres con el androitotorota o en cualquier otra cosa. Al Turco, al que también eduqué en el tema y obligué a hacerlo, le avisaron hoy que le iban a devolver doscientos cincuenta leuros por haber pagado demasiado y me los restregó en la cara riéndose de mí y pretendiendo que el alumno es mejor que el maestro. Su gozo duró exactamente setenta y un minutos y porque yo estaba ocupado, pero cuando pude, le mandé un pantallazo de lo que me devolvieron a mí este año, que fue la módica cantidad de trescientos cincuenta y dos leuros con ochenta y cuatro céntimos de leuro, justo antes de saltar de esa compañía y emigrar a otra. En los Páises Bajos, la factura de la electricidad y del gas se divide en dos partes, una fija y que cuesta lo mismo a todos los julays para el transportista, con la que no podemos ahorrar nada y otra para el proveedor energético, que es en donde ahorramos y son las compañías a las que abandonamos tras un año. Al final de la línea, en los enchufes de mi keli, la electricidad es siempre la misma, independientemente de quién sea mi proveedor, independientemente de que mi contrato sea para energía verde y limpia y el de mi vecino sea para energía gris, que es el término inventado por los de marketing para referirse a la energía que en realidad es negra como el carbón que se usa en esas centrales. Lo que nadie me ha podido explicar nunca es por qué el agua no está dividida de la misma manera. El agua está fuera del juego, no está liberalizada y no te puedes cambiar de empresa, aunque también es cierto que se paga muy poco y para mí, la factura es de cinco leuros y medio al mes pagados cada dos meses y con eso se cubre hasta los metros y metros cúbicos que se chupan los árboles frutales que me traicionan cada año y mi césped, que mi retrete tiene un modo de ahorro de-ke-te-kagas y cada vez que sueltas un jiñote y pulsas el botón, el trono le enseña una foto de la Pelúa, el marqués de garrapagar y la hembra con la que fornica y la mierda sale aterrorizada por patas y yo me ahorro un puñado de litros de agua.

Mi última campaña de ahorro con mis vecinos era por sus tarjetas prepago. Como ellos son ancestrales y dicen que no usan las internetes fuera de casa, tienen unas tarjetas que van recargando con dos leuros o quizás tres. La cosa es que en una de las compañías nacionales, con los precios del minuto de llamada iguales, cuando en esa añades tres leuros a tu tarjeta, ellos te ponen tres más gratis, con lo que ahí está el ahorro. Mis vecinos no querían hacerlo porque perderían sus preciosos números y eso los ha tenido bloqueados por dos años en los que yo no he parado jamás de intentar hacerlos cambiar de opinión, hasta que lo conseguí, haciendo al chamo llamar a la compañía de teléfono y preguntarles si ese mito urbano de la portabilidad de número existe y es complicado. La respuesta fue que es algo muy sencillo y que hasta un truscolán puede hacer y todos sabemos que esos lerdos, llevan años lloriqueando y jamás han conseguido crear una nación que no existe. Así, con la respuesta de un empleado de la empresa que seguro que jamás te dice que algo no se puede hacer si es en beneficio de ellos, compraron las tarjetas prepago, les llegaron el viernes, y hasta hoy no las activaron, que era el paso previo a solicitar la portabilidad. Según mi vecino, el chamo telefónico le dijo que la portabilidad podía tomar cinco días laborales o lo que los sub-intelectuales sin GafaPasta llamamos una semana. Yo lo flipé porque para mí que era más rápido, pero decidí no llevarle la contraria. El hombre solicitó la portabilidad a la nueva compañía y me avisó y me dijo que ahora tardaría una semana. Yo, que YO NUNCA escucho a nadie que no sea yo mismo, que para eso hasta grabo mi voz, le dije que pusiera la tarjeta SIM vieja en el teléfono que soy joven y sé de estas cosas. Me hizo caso y creo que no me dio tiempo a parpadear y está en mi puerta enseñándome su teléfono, en el que hay un eSéMéSe diciéndole que han solicitado la portabilidad del número y que tiene que responder al mensaje diciendo o lo ignorarán. Yo mismo tecleé la respuesta. Ciento veintiún segundos más tardes le llega un nuevo eSéMéSe en el que la compañía le decía hasta luego lukas e inmediatamente el teléfono indicaba que no tenía red. Lo volví a mandar a su casa para quitar esa tarjeta SIM muerta y poner la nueva y cuando se encendió el teléfono, ya tenía la portabilidad hecha y su número estaba en la nueva tarjeta. Además y por ser cliente nuevo, le han regalado siete leuros y medio de saldo, que según él, eso son como tres casi cuatro meses de llamadas y encima ahora está en la mejor red telefónica del país, con la mejor cobertura y todo lo demás, la misma que uso yo, aunque yo prefiero contrato y pago diez leuros mensuales por trescientos minutos de llamadas o eSéMéSe que no uso y seis gigas de datos que sí uso. Mi contrato acaba en julio y entonces tendré que decidir nuevamente con quién me voy y como el contrato de internet en mi keli acaba en agosto, creo que moveré ambos y así ahorraré una pasta que se puede calcular entre cinco y diez leuros al mes.


6 respuestas a “Tú hazme caso tolete”

  1. 10 € en el teléfono, pero luego pagas a parte tener internet en casa, no?
    Y lo de las compañias de luz que te ofrecen pagar menos, yo he echado cuentas y te ahorras 35 € al año, por lo cual no me merece la pena.
    Asi que hasta que no venga una oferta similar a la de los Paises Bajos, ni me molesto.

  2. Internet en mi casa, 28 leuros mensuales precio fijo con contrato de dos años en los que no se puede cambiar. Creo que me dieron 3 meses a 14 leuros. Velocidad 100Mb/30Mb, que es lo máximo que se puede conseguir en mi calle con cable de teléfono. En julio/agosto cuando renueve creo que ya no podré conseguir nada por menos de 32, pero hay una oferta con 9 meses a 18 leuros y el resto hasta los 24 meses a 32 que al final reduce el precio a unos 27 leuros. Misma velocidad.

  3. yo me mareo con tanto numero, hasta ahora tengo una tarjeta de prepago, pero ahora, con el nuevo domicilio voy a tener que hacer contrato para teléfono e Internet y no me mola nada, hasta ahora lo que he visto no baja de 40€ mensuales, y yo venia pagando 25, solo por la Internete, sin teléfono, así que por ese lado mal, aunque tambien me tendré que acostumbrar a pagar la luz, cosa que tampoco hacia, sacaré cuentas a ver si me viene a cuenta poner unas placas solares, que echo de menos, los chequeos y demás, tantos años con ellas…
    Salud

  4. Genín: estoy de acuerdo con sulaco (sin que sirva de precedente) esas cosas os pasan a los ricos 😉

  5. A ver, a ver, 28 leuros con tarifa móvil o no? Veo esos 28 leuros + tarifa móvil y subo la apuesta a 55 leuros por fibra simétrica de 600 MB + llamadas ilimitadas en el móvil + 25 GB de datos al mes. Yo no tengo tele contratada ni Netflix ni ostias que para eso tengo YUTUBE y para películas LA MULA