Después de más de tres semanas sin ir al cine, las salas están petadas de películas que no he visto y esta semana me estoy dando un empacho épico y lo único que miro a la hora de elegir películas es ver si puedo hacerme una sesión doble y que no aparezca en el cartel que está basado en algún escrito del comemielda del Tolkien o que lo ha dirigido el Jackson. Así, sin ni siquiera saber lo que iba a ver, fue como llegué a Tully que parece ser que se estrenará en España a finales de junio con el mismo título.
Una julay tiene las ubres petadas de leche y está como una jaira
Una pava con dos hijos está preñadísima del tercero. Su marido como que pasa de todo y busca no ayudarla en nada y el hermano de la chama como que le regala el servicio de una niñera nocturna para cuando nazca el tercero y así que ella pueda descansar. Primero como que le parece una mala idea pero cuando está totalmente agotada y todo va de mal en peor, coge a la niñera y su vida cambia. De repente puede dormir y todo solo que la niñera resulta algo rarita y le mola mirarle las ubres y cosas así. Las dos mujeres se hacen amigas y parecen enfrascadas en una competición para demostrar cual de las dos es la más friki.
Esta es una comedia dramática que se centra en mostrarnos la coña esa que niegan los de la cienciología y que es la depresión de las hembras después de parir. Aquí vemos un caso bastante extremo, con una mujer desquiciada y a la que no ayuda nada que su marido sea un hijo-de-la-gran-zorra truscolana del copón, que llega a casa, come y se pira al dormitorio a jugar con su consola. La relación entre la madre y los niños también es algo dura porque el segundo de ellos tiene algún tipo de problema de desarrollo, es como un poco autista o algo así y le hace la vida imposible a la madre de cuando en cuando. Lo de la niñera está bien, pero según entra en la película comienzan a pasar cosas raras y la relación entre ambas mujeres es como muy extraña. Al final hay incluso un giro argumental con el que yo me perdí completamente y no tengo muy claro lo que sucedió a lo largo de toda la película por ese giro. Los veinticinco kilos que ganó Charlize Theron se ven perfectamente, está encochinada, pero como siempre con este tipo de actuaciones, no es actuar, es ganar o perder peso en cantidades alarmantes. La película entretiene aunque a mí particularmente se me hizo algo repetitiva y eso que dura poco más de hora y media.
No es, repito, no es cine para los miembros del Clan de los Orcos y tampoco tengo muy claro que les mole demasiado a los sub-intelectuales con GafaPasta. Puede ser perfecta para verla cuando la den por la tele.
Una respuesta a “Tully”
Pasando…
Salud