Un fin de semana chapaPotteriano


El sábado se inauguró en Utrecht la Expo de Harry chapaPotter, una coña comercial que inventaron los de la productora para seguir ordeñando la vaca y que la gente pague un pastón por ir a ver objetos que supuestamente aparecían en las ocho películas. Por más que yo soy cinéfilo y adoro el cine, no tengo ningún interés en ver objetos de las películas que me gustan, carezco de ese tipo de fetichismo y la exposición me la traerá al fresco en los seis meses que va a estar en los Países Bajos.

Ford Anglia de ChapaPotter 2

Desde noviembre o diciembre el coche de la foto anterior estaba en el vestíbulo de la Estación Central de Utrecht y desde hace tres semanas está en la entrada del Cinemec Utrecht y aquellos que son más fans lo identificarán como el Ford Anglia que Harry chapaPotter y su amigo Ron usaban en la segunda película y que acababa como un coche salvaje en el bosque. La gente lo ve y se emociona hasta las lágrimas y yo, que soy malvado porque este poder siempre ha sido muy fuerte en mi familia, pienso o que el coche de Genín pasa la itéuve de milagro o me pregunto si las culo-coche tienen moldeado el trasero de forma universal y vale para todos los asientos o es una cosa marquista, pero me da miedo preguntarle a Virtuditas, reconocida culo-coche porque cada vez que se lo mento se rebota toda y lo niega, aunque no nos creemos la negación.

Regresando al tema, junto con la inauguración, en la que hay abundantes imágenes de un servidor en todas las televisiones neerlandesas porque yo estaba allí cuando abrieron, la parte interesante para mi es que volvían a las salas de cine al menos las seis primeras películas y me organicé una maratón para este fin de semana con las tres primeras el sábado y la cuarta y la quinta el domingo. El problema con estas películas es que siempre duran ciento cuarenta minutos o más y ya podéis hacer los cálculos. El sábado me levanté a las ocho, me hice mi chocolate con churros como manda la ley del fin de semana, escribí una anotación para el blog y el plan era salir de mi casa a las nueve y diez para ir al cine en bicicleta, cine que está a unos ocho kilómetros de mi casa. Con lo que no contaba es que estaría nevando un montón en ese momento y la operación se volvía imposible, con lo que salí por patas, fui en guagua hasta la estación central de Utrecht y desde allí pillé otra hasta la cercanía del cine y fui a recoger mi primera entrada a las diez y un minuto de la mañana, en el instante en el que inauguraban la expo.

Nieve en la puerta del cine

Entre la primera y la segunda película salí a la calle e hice el vídeo anterior (los más dotados saben que tienen que hacer clic para ir al lugar en el que lo pueden ver, para los demás, fuerza y que sepáis que os acompaño sin ningún sentimiento en vuestra ignorancia). Está hecho en la puerta del cine en lo que es una explanada de hierba enorme, que ahora es un campo de nieve con muñeco de nieve que está al final del trayecto que hacemos y al girarnos vemos la fachada del cine. Entre los siete milagros del universo está ese césped, ya que la calle a la que da el cine es en realidad la cubierta de la autopista holandesa A2, que se sumergió a su paso por Utrecht con sus diez o doce carriles para que la ciudad pueda seguir su crecimiento sin obstáculos y lo de tener césped sobre hormigón es más difícil de explicar que lo de la virginidad de María, casada, preñada y parida sin perderla, que no veas como debía tener el orto con tanto meneíllo por detrás. Después del vídeo regresé al cine para la segunda y en realidad estuve allí todo el día. Al regresar a mi casa y como me apetecía hacer ejercicio, paré en un supermercado, compré y fui hasta otros dos para redondear la compra, hacerme mi ración de pasos diarios y de actividad y a la vez, disfrutar con la nieve.

Durante la noche del sábado nevó algo más pero el domingo por la mañana el día era de fábula así que podía ir con la bicicleta al cine, obviamente tras desayunar unos pannenkoeken, escribir para el blog y como quien no quiere la cosa, me hice una empanada de atún que me mola más comérmela después de que macere unas horas y así se quedaba envejeciendo mientras yo iba al cine. La cuarta peli empezaba sobre las once y media de la mañana con lo que tuve algo más de tiempo para estas actividades.

Mis cinco encuentros con ChapaPotter

Como una imagen vale más que un truscolán, dejo una foto con mis cinco entradas que dan fe de mi asistencia al cine para esta maratón que el miércoles continuaré con la sexta. He visto a chapaPotter transformarse de niño pequeño adorable a enano con pelos en el culo. Es un flipe verlas tan seguidas, en la tercera ya se ve que el concepto de pajero ya se sospecha y en la cuarta está confirmado, además que tenía un pelado mierdoso que no veas. En la quinta ya se le veía menos desbaratado. Confirmar que Hermione Granger en las tres primeras tenía el visto bueno para los tocamientos en la iglesia de los Presuntos tocadores de niños(-as), que imagino que alguno habrá que le gusten las féminas menores en ese club de la pederastia y en la cuarta le salieron las mandarinas, le llegó la pubertad, le cambió la cara y entró en el universo de las follables, aunque claro, debido a problemas con las legislaciones de distintos países, es más que probable que dicha actividad solo pueda ser acordada con otros menores de similar edad. En la quinta ya estaba espléndida.

Cuando volví a casa ya estaba enraladísimo con tanta magia potagia y decidí menear un poco mi varita mágica e hice doce magdalenas que estaban para cambarle la peluca a cualquiera y unas salchichas con guisantes para comerme una ración hoy, que así llego a casa y ya tengo la cena preparada y me da tiempo a salir por patas para el cine, que hoy lunes, a la hora en la que sale esto publicado yo estaré saliendo del cine.

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5 respuestas a “Un fin de semana chapaPotteriano”

  1. Pues no, con mi moderno Clio seminuevo, solo paso la ITV cada 2 años sin problemas y sin ir antes al mecánico, que el hecho de que yo sea un carcamal no quiere decir que mi fabuloso coche lo sea…jajaja 🙂
    Salud

  2. Que gracioso nos saliste. Ya ni me voy a molestar en volver a explicarte que yo voy andando a trabajar, tengo esa suerte, en diez minutos-trayecto (y ochenta escalones, eso sí). Una maravilla. Pero si tanto interés tienes en mi culo, cuando quieras, te vienes y te permito comprobarle las formas, para que no te preocupes por él.

  3. Qué bien, todas las Harry seguidas, me encantan estas pelis, los libros y todo lo demás. Tendré que hacer ese maratón algún día aunque he hecho por lo menos las 3 primeras seguidas.