Un nuevo viaje a Gran Canaria


Cuando viajo a Gran Canaria y busco ofertas de vuelos chárter, la parte más estresante y al mismo tiempo más divertida es la búsqueda del billete. Hasta unos días antes no sé desde qué aeropuerto voy a salir, lo que me va a costar o incluso si será posible. Por supuesto he ido refinando el sistema con los años y sé exactamente en donde tengo que mirar, cuando he de hacerlo y los precios según las épocas. También sé cuando es el momento adecuado ya que mis vacaciones giran siempre en torno a la semana anterior o a la posterior al comienzo de las vacaciones escolares, justo el momento en el que los aviones van más vacíos en el sentido en el que yo quiero ir. Lo único distinto en esta ocasión es que el Niño se empeñó en acompañarme. Ya había amenazado el año pasado con venir conmigo pero al final reventó el motor de su moto y como tuvo que comprar una nueva estaba arruinado y no pudo ser. Este año juró y prometió poniendo la mano sobre un paquete de M&Ms (y es que no hay nada más sagrado) que no me dejaría tirado y yo a cambio lancé el plan B, ese que no puede fallar. En mi empresa están acostumbrados a que les diga que me quiero ir una semana dos días antes y mi jefa ya ni siente la úlcera perforada cuando yo meto el dedo y lo retuerzo así que no tengo problemas. En el caso del Niño no es tan fácil y tuve que revisar los calendarios escolares, consultar el oráculo y mirar la posición de las estrellas para darle una franja de tiempo. Además quería que coincidiera con las fiestas de San Juan en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y eso lo complicaba todo. El último cabo suelto era si el chiquillo tendría dinero para pagarse el billete y ese lo solucioné a lo bestia, se lo pago yo y él si quiere que me devuelva el dinero en esta o en otra vida y si no, pues ya tiene regalo de cumpleaños.

Desde la semana pasada controlaba mis granjas de billetes baratos y ya sabía en qué avión quería volar pero el billete seguía caro. Lo dejé pasar mientras veía como bajaba su precio, un día diez euros, otro día veinte hasta que llegó a un nivel aceptable y entonces rellené la información en la tienda Web y en dos minutos recibía un correo con nuestros billetes. En esta ocasión el aeropuerto de salida es Eindhoven, la capital de Philips en el universo. A la vuelta haremos una parada en Groningen y tendremos un pequeño vuelo entre aeropuertos de Holanda, algo que siempre sorprende a los cabeza de queso porque su país es tan pequeño que se puede recorrer a la pata coja en dos tardes y el concepto de volar entre ciudades es algo inimaginable.

El viernes quedé con el Niño para ir al cine y de paso adoctrinarlo sobre lo que se tiene que llevar. No es que tenga demasiadas esperanzas en que me escuche pero al menos lo he intentado. ?l odia el transporte público por razones que aún no termino de comprender así que convenció a alguien para que nos lleve al aeropuerto, una idea malísima porque teníamos que acudir más o menos a la misma hora que los Países Bajos juegan su segundo partido en el Mundial. En cualquier caso, accedí y el sábado me levanté temprano para acabar los preparativos. Tenía que limpiar el jardín de la parte delantera de mi casa que parece una selva y desde las ocho estaba de rodillas arrancando malas hierbas  y llenando el contenedor con todo lo que crece sin parar allí. No deja de asombrarme la facilidad con la que salen las malas hierbas en cualquier trozo de tierra. Cuando acabé con la parte delantera ya estaba enralado y me dediqué a cortar el césped en la parte trasera y dejar mi jardín más o menos en buen estado. Al mismo tiempo la lavadora y el lavavajillas se afanaban en dejarlo todo lavado antes de marcharme y yo comenzaba la tarea de apilar cosas en un rincón para hacer el equipaje, una rutina que tengo muy estudiada y que hago sin pensar. El tiempo mientras tanto volaba y cuando me quise dar cuenta, ya casi era la hora así que me duché, me vestí y me pasé por casa de mis vecinos a regalarles media docena de magdalenas y asignarle al hombre sus deberes para mi ausencia. Acordamos que quitará un pino que está medio moribundo en la parte de delante, trasplantará otro arbusto desde la trasera hasta allí y me recompondrá la frontera con la casa de la otra vecina poniendo algunas plantas. Esas son las tareas secundarias porque la principal es asegurarse que mi fresal mantenga su producción y que mi semillero con girasoles y dos limoneros no muera.

A la hora acordada el Niño aún no había llegado y la razón estaba en un accidente en la autopista por la que circulaba que la había bloqueado. Le recordé que con transporte público eso no habría sucedido pero vamos, por un oído le entró y por el otro le salió. Llegamos al aeropuerto con tiempo suficiente y como el de Eindhoven es pequeño, la facturación fue rápida y nos sobró tiempo para subir al bar-restaurante y comer algo y tomarnos unas cervezas. Más tarde cruzamos a la zona segura y nuestro avión apareció en el aparcamiento del aeropuerto sin retrasos. No éramos muchos y desde Groningen tampoco llegaron demasiados.  El aeropuerto de Eindhoven es el que usa Ryanair y tienden a agrupar sus aviones así que en una hora llegaron como seis y siguiendo su sistema de procesamiento rápido, mirábamos fascinados como baja la gente y al poco ya están subiendo los siguientes. Al subir al avión vimos que las filas por detrás de nosotros estaban vacías y la azafata nos comentó que una vez estuviéramos en el aire, el primero que las pille se las puede quedar y con la ventaja de estar sentados en pasillo logramos nuestro objetivo sin problemas.

El vuelo no tuvo ninguna incidencia salvo por la novedad de verme obligado a hablar con alguien en un avión, ya que lo normal es ir solo y ningunear a cualquiera que se siente a mi lado. Cerca de las Canarias le fui explicando lo que podíamos ver desde la ventana y los de las filas anteriores y posteriores estaban con la oreja orientada para pillar la información porque si hay dos lugares en los que yo lo puedo contar todo desde el aire esos son Gran Canaria y los Países Bajos. Los tengo muy vistos e identifico sitios sin más problemas.

Al llegar la gente se cree que el aeropuerto de Gran Canaria es como los mini aeropuertos de los que venimos y espera salir por la parte de atrás del avión. Yo le dije al colega que esperara sentado y un rato más tarde se fueron dando cuenta poco a poco que la salida es por la puerta delantera. Al llegar a la cinta para recoger el equipaje, la maleta del Niño fue la segunda en salir y la mía la séptima así que en un momento estábamos fuera del aeropuerto, nos recogían mis padres y nos llevaban a su casa y así terminó esta odisea para recorrer un puñado de miles de kilómetros.

El relato continúa en La excursión a Lanzarote ? primer día

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10 respuestas a “Un nuevo viaje a Gran Canaria”

  1. Ya tengo ganas de ver tus comentarios sobre sus experiencias canarias, y tambien de saber que le pareció a él el viaje, claro. Estoy segura de que salió de España con una imagen bastante mejor de la que llegaba (gracias a ti, que no paras de criticarnos) y que esta solo será la primera vez que venga de muchas otras que le quedan por venir.

  2. hombre… en parte tienes razon con lo del ingles. Pero hay que ser mas objetivo. Los ingleses ni siquiera esperan a subirse al tren del español, teniendo en cuenta que este idioma es el segundo mas hablado y estudiado del planeta.

  3. Yo estoy con el Niño. Es una vergüenza lo poco y mal que hablamos otros idiomas, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos sobre todo de los guiris que nos visitan. Puedes moverte por toda Europa hablando en inglés, que te entenderán en Bélgica, Holanda, Suiza, etc.; sin embargo vete a Tenerife, cuyos visitantes son sobre todo ingleses, y ná de ná.

    Claro que el español es el segundo idioma más hablado del mundo, pero tengamos en cuenta que eso se debe a Sudamérica y Centroamérica, en Europa el inglés es la «lengua franca» y desde luego hemos perdido el tren.

  4. Pues yo estoy con cuñao: son ellos los que vienen de turistas, si yo voy a China (por ejemplo, 1ª lengua del mundo) no tengo que esperar que sepan hablar español, y no se esfuerzan (nuestros visitantes)lo más mínimo. Y en Europa será lengua franca, pero según el razonamiento de Inés, en Mallorca tendríamos que saber alemán, y yo con lo del camino de Santiago, ¿unos 30 idiomas diferentes? Está genial saber idiomas, y está claro que el inglés te facilita la vida en Europa, porque si no todos lo hablamos, al menos, algo nos entendemos, pero si vienen visitantes aquí, aquí se habla español, y se hace lo que se puede con el resto de lenguas. (Por cierto, yo tengo titulación en inglés y francés, tengo como lenguas madre el español y el gallego, y la verdad, me defiendo bastante bien en portugués, y esto lo digo por si alguien piensa que defiendo esta postura por mi propio desconocimiento).

  5. Virtuditas, por tomar el ejemplo que pones, yo he estado en China y allí con el inglés te defiendes. Y estoy segura de que si los chinos viviesen del turismo español 🙂 aprenderían español rapidito. Ahora mismo estoy en Amberes y te sorprendería la de restaurantes y tiendas en las que los dependientes saben chapurrearte algo de español, el inglés por supuesto lo hablan de sobra. En Mallorca claro que tendrían que saber alemán, ¿alguien lo duda? De eso viven. La postura de «que aprendan ellos» vale cuando tu fuente de ingreso no son… ellos.
    Lo del camino de Santiago es harina de otro costal… la lengua nacional que según la Constitución todos estamos obligados (sí, obligados) a conocer es el castellano. Y en Cataluña y demás, cuando quieres comprar algo te entienden en castellano a la perfección, te lo aseguro.

  6. Virtuditas, lo de España con el inglés es de pena y más si de lo que se trata es de matar todas las otras industrias y vivir del turismo. En un bar, después de bebernos un chupito, le pidió a la camarera otro (Can I have another one, please?) y la tía no se enteró. Llamó a tres compañeras y ninguna de ellas. Ninguna tenía más de veinte años y si esos que son el futuro siguen así, está claro que hay algo muy mal en el sistema educativo y en la cultura en general española.

  7. El ingles que dan en el colegio es de lo peor (hablo por propia experiencia y por lo que veo con mi hija) estudias inglés desde el parvulario y después de 11 años (que son los que tiene mi hija) no es capaz de llevar una conversación de lo mas elemental…….de pena, claro que hablo de mi propia experiencia, no se como funcionará en colegios bilingues que en mi pueblo no hay.