Un paseo con Madeleine – Une belle course


Yo reconozco que me revuelco en mi ignorancia sin pudor alguno y que prácticamente con todo el cine de autor que veo, me entero que existen cuando miro la cartelera y me organizo el programa para ir a Ámsterdam a la filmoteca y en muchas ocasiones, por no decir siempre, elijo las películas en base al horario, para maximizar la visita y así fue como me cuadró la película que voy a comentar hoy, que fue la primera de tres que vi un sábado. Se titula Une belle course y al parecer estuvo en la cartelera española a finales de marzo como Un paseo con Madeleine, solo que este no fue un paseo en el portabulto como el de algún deshonorable líder de truscoluña, que no es nación.

Un julay taxista recoge a una vieja que le toca los mondongos, sin chimpún.

Tenemos que un panoli que es taxista en París tiene una carrera para llevar a una vieja de un lado a otro de la ciudad, que es un estipendio que no veas. El chamo está jodido y mal pagado, con deudas por todos lados. Resulta que la vieja va a una residencia para ancianos y por el camino, se cuentan sus vidas y tenemos flashbacks a tiempos pasados mucho mejores y nos enteramos que la chama tenía los ovarios bien puestos y en su día, le hizo pupita de la peor a su marido en sus arriolas y hasta fue a la cárcel por eso. Al final el carrerón costó cuatrocientos y pico leuros y la vieja no se los pagó, o algo así.

Como no tenía ni idea de lo que iba, igual la sorpresa funcionó a favor de la película, ya que es una especie de Paseando a Miss Daisy pero diferente, que en esta, pese a que tenemos un montón de tiempo solo con la mujer y el taxista, también vemos episodios de su vida, de joven, antes de casarse, después de casarse y en otros momentos importantes de la vida. Entre ellos, van en coche por la ciudad, paran a comer, a mear, a tomar helado, se ríen y tenemos una historia que pese a la tristeza, es muy alegre y amena, una forma diferente de contar la vida de alguien y llegamos al final, cuando acaba el viaje en el taxi a la puerta de la residencia de ancianos y tras eso tenemos un pequeño epílogo posterior que personalmente yo lo habría suprimido porque no nos hacía falta.

Esto seguramente provoca la huida de los miembros del Clan de los Orcos si la pillan en un cine. Tampoco creo que tenga el pedigrí que esperan los sub-intelectuales con GafaPasta, pero vamos, que a mí me gustó y me pareció entretenida, aunque mejorable.


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