Un poquito de realidad


Mi segundo fin de semana después de regresar de Indonesia ha sido el de recuperar la rutina y tratar de engancharme al ritmo habitual en esta época del año. El regreso fue traumático por la temperatura, con una de las diez primaveras más frías desde que se comenzaron a guardar los registros. Por lo que me contaron, las tres semanas que estuve ausente llovió lo que no está escrito y mi jardín era una jungla, aunque mi vecino lo solucionó parcialmente cortando el césped. El fin de semana pasado había quedado con el Rubio para ir a su casa el sábado a cenar y quedarme hasta el domingo, aunque le avisé que no iba a llevar demasiada comida y el me había pedido que preparara una sopa Tom yum para recordar los días de vacaciones. Su primera esposa me compró los ingredientes y todos sabemos que estas cosas se preparan en un instante así que ni me preocupé.

Como las tres unidades pequeñas seguro que me iban a pedir comida, el día anterior hice una hornada de Magdalenas, substituyendo la leche por suero de mantequilla que le da un puntito espectacular. También preparé un Brownie, algo que los vuelve locos y para el padre y mi mejor amigo hice Paste?is de nata, tanto el dulce como el hojaldre. El sábado por la mañana desayuné Churros y salí de mi casa con mi mochila llena de dulces. Antes de ir a casa de mi amigo me pasé por Amsterdam y fui al cine a verme una sesión doble en la filmoteca y desde allí seguí hacia Woerden en tren, lugar en el que nos encontramos. Mientras yo preparaba la sopa, el Rubio y su Primera esposa limpiaban el jardín, ya que al igual que el mío, todo crece. Yo acabé primero y los chiquillos aprovecharon para usarme como elemento para saltar más en la cama elástica que tienen en el jardín, así que estuve una hora saltando como loco con ellos, más o menos hasta que quedé exhausto. Cenamos, nos zampamos la mitad del Brownie y los chiquillos hicieron desaparecer algunas magdalenas. Por la noche pasaron a devolver a la Unidad Pequeña Número 2 el cuñao con su flamante Segunda Esposa, la cual resulta que es portuguesa, así que le dimos a probar el último Paste?is de nata de los seis que llevé conmigo y la chama reconoció que estaba espectacular. Por la mañana a las ocho yo me puse a cocinar los Pannenkoeken para los chiquillos, los cuales me despertaron diez minutos antes y montaron una campaña reivindicativa en mi cama para que los alimentara. Desayunamos y a las nueve ya íbamos camino de la piscina, la actividad familiar de la mañana. Pasamos dos horas entre toboganes y piscinas y después de quemar miles de calorías, los niños siguen tan frescos y nosotros agotados. A medio día yo regresé a Utrecht y ellos volvieron a su casa.

El domingo por la tarde y aprovechando los dieciséis grados de temperatura, me fui a pasear en bici por los alrededores del Amsterdam-Rijnkanaal, el canal que conecta la ciudad de Amsterdam con el río Rin y que sucede que pasa prácticamente por detrás de mi casa. Aunque la primavera ha llegado tarde, ver los campos con las vacas pastando, ver el verde que lo cubre todo y los manzaneros y perales resulta muy agradable. Me hice una pequeña ruta de unas dos horas antes de volver a casa y pasar el resto de la tarde trabajando en el jardín, ya que en el mío también hay trabajo pendiente.

Mirando hacia el futuro, la semana que viene la tengo petada de compromisos sociales y también tengo la cita para pedir mi nuevo pasaporte, ese que cambia el país al que le juro lealtad, aunque ni esos ni los otros saben que mi lealtad es para otros, para la gente que hace el camino conmigo. Esta semana, por lo pronto, mucho jardín, mucha bicicleta y algo de cine.


8 respuestas a “Un poquito de realidad”

  1. Espero que las inundaciones de los grandes ríos europeos no os afecten, como está ocurriendo por muchas partes de Europa y te lo sigas pasando pipa.
    Salud

  2. Genín, eso es en el otro lado de Europa, en el lado de Alemania que linda con Austria. Por aquí no ha sucedido nada.

  3. He leído en algún sitio que, en España, este ha sido el mes de mayo más frio de los últimos 30 años. Así que no me extraña nada que ahí haya pasado lo que cuentas.

  4. Menos mal que no ibas a cocinar mucho 😉 solo magdalenas, Brownie y pasteis de nata.

  5. Luis, la semana que viene tengo unos amigos cenando en mi casa y calculo al menos diez platos, con tres de ellos normales y el resto en plan tapas. Hasta el pan será casero.

    Genín, al menos en Holanda el Rín tampoco está teniendo problemas. Al llegar a este país se divide en un montón de ríos y hay miles de canales conectados a ellos que si es necesario, absorben agua y la desvían por una red de canales infinitas. La broma nos cuesta más de doscientos leuros al año por julay y es lo que permite que ciudades como Amsterdam estén sequitas a un metro y medio por debajo del nivel del mar y que hayan zonas de Rotterdam a ocho metros por debajo del nivel del mar. Quizás los problemas vengan en una o dos semanas pero por aquí ni siquiera se habla de eso. Encontré una página que marca los niveles en Düsseldorf y parece que sigue bajo control.

  6. Veo que ya has retomado tu rutina habitual. Y vaya vacaciones que te has pegado. Me ha llamado la atención que en este período también he visto bastantes holandeses con roulottes y autocaravanas por aquí (Gerona). ¿Suelen hacer las vacaciones en este tiempo los holandeses? Supongo que en agosto a currar ¿no?

    Saludos.

  7. Doverinto, normalmente, alrededor de mayo están las vacaciones de primavera, que son de dos semanas para los niños (teniendo en cuenta que en verano tienen menos semanas que en España, solo 6). Lo normal es que diferentes zonas del país cojan semanas distintas pero este año hubo una conjunción místico-psicológica y el día de la Reina caía en martes y a la semana siguiente teníamos la Ascensión del Julay hijo de virgen casada con julandro y propensa al adulterismo y en ambos casos, muchísimas empresas forzaron el uso de los llamados «verletdagen», unos días de vacaciones especiales que van «sobre» los normales y que pueden ser fijados por la empresa. Escogieron el lunes antes del día de la Reina y el viernes después de la celebración, con lo que teníamos dos semanas de tres días laborales. Los colegios las pusieron de vacaciones y eso hizo que prácticamente todo el país estuviera de vacaciones, al menos en los fines de semana largos. En mi caso, con once días laborables tuve 24 días naturales de vacaciones y como yo soy de los que piensan que hay que aprovecharlos al máximo, mi vuelo aterrizaba en Schiphol a las 7 de la mañana del día en el que tenía que volver a trabajar.

    Ahora, dejar claro que se nos acabaron los días festivos para el 2013. El próximo día festivo nacional en Holanda es el 25 de diciembre …