Un salto a Gran Canaria algo complicado


Hace algo más de una semana estaba tan convencido que mi calendario viajero del año 2012 estaba atado y bien atado que hasta preparé el complicado gráfico que hago cada año con mi mapa de viajes, ya que pese a lo que muchos piensan, una gran parte del contenido de esta bitácora es fruto de mi persistente y continuo trabajo y sobre todo esas anotaciones que son recurrentes las voy escribiendo cuando tengo un rato libre y no lo quiero tirar plantándome delante de la tele a hacer la fotosíntesis. Hasta ese momento había volado en veintiuna ocasiones y a mis espaldas tenía casi cincuenta mil kilómetros en el aire. Cuando supe que tenía que pasarme por Gran Canaria, un montón de pequeñas tareas comenzaron a ejecutarse en paralelo. Tomaba algunos días libres, el Rubio comprobaba vuelos usando los puntos que llevo acumulando desde la posguerra y yo rastreaba las redes buscando ese elusivo objetivo que es el billete económico. Al final, el jueves por la noche di con una extraña combinación que me llevaría a Gran Canaria volando con Ryanair o la que todos conocemos como la mejor aerolínea Europea si lo que quieres es viajar pagando el precio justo y en un avión que no está para el desguace y regresando con Corendon, una compañía turca de la que yo no tenía constancia que volaran a las islas Canarias y que me hizo temer que por fin se había consumado el desguace de Españislavia y el infame y rastrero expresidente ZaPatazos, el mismo que creó aquella broma de mal gusto llamada la Alianza de las inCivilizaciones y que ha puesto sobre la superficie del planeta las dos Bostas Góticas, había triunfado y vendido el archipiélago a los sarracenos. Hablando con mi madre me confirmó que aún no se ha firmado el contrato de venta de los territorios ultra periféricos pero las negociaciones están muy avanzadas y por eso las líneas aéreas Jalal están tomando posiciones en el lugar.

El miércoles, el día de mi partida, me levanté un poco más tarde que de costumbre y me homenajeé a mí mismo con unos Panqueques americanos de desayuno, ya que os digan lo que os digan, el desayuno es la comida más importante del día y más si vuelas con aerolínea de bajo costo y nada gratis. Salí de mi casa un poco antes de las nueve mientras caía una fina lluvia y fui en guagua a la estación de Utrecht. Iba sobradísimo de tiempo y el plan era llegar al aeropuerto dos horas antes de la salida del vuelo. En la estación compré mi billete y hasta tuve tiempo de apañarme un capuchino para tomarlo en el tren. Bajé al andén, llegó a su hora y busqué un rincón tranquilo en la parte delantera para sentarme a disfrutar de los cincuenta minutos de viaje. Recién me estaba acomodando cuando anuncian por megafonia que se cancela ese servicio porque en algún lugar más adelante, otro tren ha atropellado a algún cabrón que no respetó el paso a nivel con barrera y nos ha jodido a todos. Inmediatamente y mientras recogía mis cosas, tuve un pensamiento bellísimo cagándome en la puta madre que parió al hijoputa que se tiró delante de un tren y deseando que se acabe esa rama genética al completo. Después salí y afuera la gente se comenzaba a acumular y la situación era un poco caótica. Me acerqué a uno de los revisores y allí nos dijo que el siguiente tren nos llevaría hasta ‘s-Hertogenbosch, ciudad con un nombre tan chungo de pronunciar que al final la gente la conoce como Den Bosch y en español tiene el nombre de Bolduque, el cual os puedo jurar y os juro por las bragas más sucias de la Pantoja que jamás he escuchado y si no fuera por la wikipedia, pensaría que es una invención de alguna mente calenturienta.

Estando en el anden aún en estado de shock y comenzando a asumir que podía llegar a perder mi vuelo, escuché a una señora preguntarle a una chica que iba con maleta si ella también se dirigía al aeropuerto para asociarse y en el peor de los casos, ir juntas en taxi. Yo me acerqué a ellas como tercer miembro de aquella comunidad y un cuarto hombre escuchó la conversación al vuelo y se propuso como el cuarto miembro para llenar el vehículo. Esperamos un cuarto de hora y nos subimos en el siguiente tren. En ese momento, la única información disponible era que todos los servicios ferroviarios hacia Eindhoven estaban suspendidos desde Bolduque (como me disgusta el nombre, por Dios, parece que lo tradujo uno de esos desgraciados que cambian el título de las películas) y que hasta después del mediodía no se restablecería el servicio. Como mi avión salía a la una menos cuarto, acabar el viaje en tren no resultaba una opción válida. Las dos mujeres que iban conmigo se dirigían a Palma de Mallorca y el hombre iba a Gran Canaria en el mismo vuelo que yo. Todos salíamos más o menos a la misma hora. Nos pusimos a buscar alternativas de transporte y en paralelo llamé al Rubio y activé la Alerta Defcon 2. En unos minutos teníamos claro que la única opción era un taxi, habíamos localizado la compañía más barata, habíamos llamado y reservado un taxi para que nos esperara en la trasera de la estación de Bolduque puesto que asumíamos que una cantidad considerable de gente se lanzaría a correr hacia los taxis que habitualmente están estacionados allí.

Al bajarnos en la estación, mientras todos corrían hacia la parada de taxis, nosotros de zorrudos íbamos en dirección contraria y allí nos esperaba nuestro taxista, bien aleccionado. El trayecto desde allí hasta el aeropuerto nos costó dieciséis leuros a cada uno y llegamos al mismo a la hora en la que supuestamente deberíamos haberlo hecho, las once menos cuarto. Nos tomamos un café para celebrar nuestro éxito y después nos propusimos pasar el control de seguridad todos juntos, en plan pandilla, aunque como esto se ha alargado demasiado y esa parte de la historia es bizarra que no veas, la contaré otro día ?? 

El relato continúa en No te lo vas a creer

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5 respuestas a “Un salto a Gran Canaria algo complicado”

  1. A lo mejor, después de la experiencia del taxi compartido, para destinos muy populares, ya puestos, te interesa fletar un avión y conseguir el numero conveniente de viajeros…jajaja
    Salud

  2. 64 eurazos de taxi? pero madre mía, donde queda ese aeropuerto? ni para ir de Barajas a Gran Vía te sale en esa pasta!!

  3. Virtuditas, los precios de taxi en Holanda son espectaculares. La distancia es de unos 40 kilómetros. El único lugar con precios similares que conozco es Gran Canaria, en donde los taxistas del aeropuerto te pegan la levantada para llevarte.