Una ayudita


Quiero ser … sirena

Los preparativos para ir a las Filipinas dentro de unas semanas siguen el ritmo previsto y alguna de las cosillas asombrosas que me he ido comprando en mi tienda china favorita ya están llegando. La más curiosa por goleada es la que se puede ver en la foto. Una especie de guantes mágicos y maravillosos que incrementan la eficiencia de un ser humano obviamente superior como yo y que muchos prefieren llamar el Elegido, de Uitverkorene, The Chosen One o il Prescelto en el caso de Genín, por mencionar algunas de las formas cariñosas y respetuosas con las que los seres humanos se refieren a mi. Esto tiene que ver con una de las actividades favoritas en Asia, el tirarte al agua desde una barca para ver al tonto de Nemo y a todos sus amiguitos, o las tortugas o los corales o lo que quiera que sea que tienen en el lugar. Estas membranas para las manos me han costado tan poco que te da un golpe de risa si te cuento el precio incluyendo diez mil kilómetros de transporte por correo y te dejan el extremo de los dedos libres por si te apetece hurgarte la nariz o hacer cosas con tu teléfono ya que visitar un paraíso terrenal no es suficiente y prefieres mirar tu CaraCuloLibro para ver la miseria de tus quinientos amigos y reírte de ellos. Alguno se puede y se quiere preguntar la razón por la que no uso aletas y la respuesta es que en la mayoría de los casos, con las excursiones te dan o te alquilan gafas y tubo y nada más. Creo que el año pasado hice siete u ocho escapadas acuáticas mientras andaba por las Filipinas y solo en una ocasión tuve la oportunidad de alquilar aletas, el resto de las veces, a nadar como un campeón y cuando hay corales, corres incluso de desollarte las pezuñas si se te ocurre apoyarte en los corales, algo que ninguno hacemos porque es muy dañino con esas maravillas de la naturaleza pero que puede suceder involuntariamente y realmente sucede. Para esos casos, me he comprado unas zapatillas acuáticas que aún no he decidido si me llevaré conmigo pero que ya tengo en mi casa. La decisión final dependerá del peso de la mochila, ya que espero respetar la regla de los ocho kilos a rajatabla.

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7 respuestas a “Una ayudita”

  1. Qué gracioso. Ya contarás lo de los piés porque yo no puedo ponerme zapatos, zapatillas, aletas, etc. de nadie, me da un asco que me muero y sería estupendo llevar algo de esto, por si acaso algún día me da por hacer una excursión de éstas, tan lindas. Me encantan todas estas tonterías.

  2. darliz, aquí usamos mucho calzado de agua, tipo escarpín, normalmente de neopreno, no pesan nada, y se quedan muy pegados al pie, con lo que no te enteras de que los llevas. Los usamos sobre todo porque aquí las piedras están llenas de mejillón, que no son corales, pero cortan como cuchillas. Y por las fanecas bravas, que pican a su puñetera madre, que las medusas van todas para el mediterráneo, pero las hijasputa estas viven felices en nuestras aguas-arenas gélidas. Lo dicho, en cualquier decathlon por dos duros tienes un catálogo para elegir.

  3. Te vas a la tienda esa con nombre de actividad olímpica con diez pruebas y allí te los venden super-chulos y hasta te sirven para ir andando a la playa y entrar y salir del agua sin quitártelos. Dos ejemplillos (y tienen más) son este o este otro

  4. Coño sulaco, dos segundos de diferencia en la publicación. La leche que compenetración….