Vidas pasadas – Past Lives


Este es el tipo de películas que a mí me dan un yuyu que no veas, pero me sacrifico y las voy a ver igualmente. Mira lo gigantescos que se ven esos kabezones en el póster, que es la forma de identificar a un koreano en Asia, por el tamaño de las testas y también, cuando ves a una hembra que ya ha parido, porque tienen las piernas como arqueadas porque echar esos kabezones las desmembra todas. El trailer me pareció algo ñoño pero bueno, como la dirige una a la que Dios y sus padres le han dado un nombre que parece de DragQueen homenajeando a Celine Dion y que la pava también tiene kabezón. La película se titula Past Lives y en España se estrena el día de todos los difuntos con el título de Vidas pasadas.

Una julay kabezuda emigra y deja en su país a un compañero del colegio que soñaba con empetarle el micro-pene para hacerle la cosa esa del chimpún.

El trailer miente y engaña porque te hace creer que esto es como un reencuentro o algo así, que lo es pero no como lo ponen allí. Resulta que la pava siempre va al colegio acompañada de un pavo, hasta que emigra a Canada con su familia y después doce años más tarde o así, está en Gringolandia. El chamo la ha estado buscando por las internetes y por fin la encuentra y empiezan a hablar con videoconferencia y él como que le quiere poner la pierna encima para que no levante cabeza pero ella lo manda a tomar por jauer para dedicarse a su artisteo y después de eso, conoce a un judio y se lo chinga y ahí se le abrieron los cielos porque aquello era un capullo descapullado y no un micropene amarillo y se rechifla toda por el coño y se casa con el pavo y viven en Nueva York. En eso que el otro la vuelve a contactar y se le planta en la ciudad para visitarla unos días y hacen turismo juntos y el judío piensa que la pava lo va a dejar, pero vamos, que aquella no suelta el pollote ni jarta de chinchón. O algo así.

En una hora y cuarenta y cinco minutos nos contaron toda la historia de los encuentros de estos coreanos, con el chamo siempre corriendo detrás de ella como un perrito y ella que pasa pero que un kilo, que esa tía es más soberbia que una influenser, que ella va a lo suyo y se la suda todo lo demás. Los vemos de niños, supuestamente los vemos ya de jóvenes y los volvemos a ver de más jóvenes, pero supongo que cerca de los treinta y cada encuentro es similar, él está encoñado hasta las trancas y ella tiene su propia agenda podemita y truscolana y se la suda lo que pueda sentir el otro. Su encuentro final es cuando él lo intenta por última vez viniendo a Nueva York y parece que hay un montón de química pero vamos, que la tía esa no cambia y se la traen al fresco los finales felices, así que tenemos un final triste y con divorcio a la vista, que el judío tiene que tener clarísimo como los pozos negros de un café que su matrimonio acabará en el momento en el que le den el pasaporte gringo a la otra o cuando encuentre un macho que la pueda colocar en un puesto mejor. La historia está muy bien contada, sobre todo porque consiguen que los chamos koreano y el judío den pena e identifican claritamente a la loba esa trepadora y rastrera.

Me meo pensando en la cara que pondría un miembro del Clan de los Orcos entrando a un cine y viendo esto en la pantalla, huiría aterrorizado. Esto es cine por y para los sub-intelectuales con GafaPasta.


2 respuestas a “Vidas pasadas – Past Lives”

  1. Pues sinceramente, el argumento que acabas de contar suena más que aburridísimo…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.