La peli de hoy es la que ha abierto el festival de cine neerlandés de este año, honor que se reserva siempre a una muy especial, pero vamos, que el que hizo el póster de la película la quiere hundir, porque mira que es soso e inútil. El título es también algo rarísimo porque no tiene relación alguna con la trama, al parecer era como llamaban al panoli en el que se basa la película sus compañeros de fútbol. La película se titula Witte Flits y me han dicho que la traducción más apropiada al español es truscoluña no es nación y que jamás se estrenará en España.
Un julay pone el punto y final, sin chimpún.
Un chamo pide la eutanasia y tiene que ir por todo el proceso hasta que te la conceden, que no es decir que lo quieres y ya está listo y en su caso, fue uno de los primeros en conseguirla por un sufrimiento psicológico insoportable, o eso que en la Isleta se simplificaría como que está como una jaira. El chamo tiene cuarenta y dos años y un reguero de diagnósticos de psiquiatras, que le han diagnosticado todo, le han dado todas las medicinas y el chamo sigue requetequete-chiflado y prefiere morir. En la película lo vemos al final del proceso, cuando ya casi lo han autorizado, le falta la segunda opinión y después de eso, todo se acelera, le dan cama en el sitio en el que ponen la inyección y allí, con sus padres y sus hermanos, termina con su vida. Está basada en la historia real de uno de los primeros chamos que pidió y consiguió la eutanasia por este motivo.
Esto es un drama. Puritito drama, aquí no hay comedia ni nada más, aunque de cuando en cuando te echas alguna risa suelta. En la película vemos al chamo, pero también nos centramos en sus padres y en el efecto que tiene sobre ellos el tener que acompañar y apoyar a un hijo que quiere morir. El hermano y la hermana aparecen, pero están como más alejados del evento, pero los padres lo viven muy de cerca. Es una historia muy triste y le quita absolutamente todo el glamur a la eutanasia en los Países Bajos, si alguien se piensa que es algo super-hiper-mega chulo, que se olvide, es un proceso despiadado, con mucha burocracia y que para cuando se resuelve, acaba en una residencia cutrísima, en una habitación que da ganas de llorar de lo patética que se ve, con una cama que parece sacada de un hospital de hace cien años, con una inyección que envenena y provoca un coma al que quiere morir y la familia que se quedan allí viéndolo apagarse. Para cuando acaba la película, en la sala no se oye ni un suspiro. Te deja sin energía. Tanto el que pidió la eutanasia como sus padres hacen un trabajo soberbio, es muy realista. Para los que nunca nos lo hemos planteado, esto es algo que resulta muy difícil comprender.
Si eres un miembro del Clan de los Orcos, no es lo tuyo. Tampoco estoy seguro que guste a los sub-intelectuales con GafaPasta, se limitan a contar la historia, no buscan hacer un clásico o arrancarte un montón de lágrimas. Dicho esto, a mí me gustó.
Una respuesta a “Witte Flits”
Últimamente tiendo a alejarme de las pelis tristes, y con un 7, mas aún… 🙁
Salud