Uno de los directores en activo más interesante es Steven Soderbergh, un hombre que salta de género en género y que siempre tiene una peculiar forma de ver el mundo. Suelo ver sus películas y por una u otra razón, siempre me da la impresión que apuntan posibilidades pero no terminan de llegar. Mirando en mi archivo veo que Magic Mike me gustó sin más, Indomable ? Haywire fue un tostón, Contagio ? Contagion se quedó corta, Che: Part One ? Che, el argentino me gustó bastante y sin embargo Che: Part Two ? Che, Guerrilla me pareció sosa y Ocean?s twelve fue tan patética que ni me molesté en ir a ver la tercera parte. Pese a esta retahila de películas que quieren pero no pueden, sigo yendo a ver el cine que dirige este hombre porque no pierdo la esperanza de que un día lo logre y parece que con Side Effects ha logrado tocar ese rinconcillo de mi corrupto corazón que se emociona. En España se estrena esta semana con el título de Efectos secundarios.

Una julay que parece sacada de los chiripitiflauticos está loca de atar y tirar la llave para que no se escape

Una chama deprimida y que tiene un marido que acaba de salir de la cárcel comienza un tratamiento con una medicina que están probando. Parece que todo funciona del copón y que esa medicina es la panacea hasta que le da un arrebato y finiquita al marido. A partir de ahí caeremos en intrigas de compañías farmacéuticas que parecen no tener corazón alguno y funcionan a ritmos de pelas.

Esta es una película rara porque el supuesto protagonista desaparece al rato. Channing Tatum consigue, como siempre, que las hembras que había en la sala giman como burras cuando aparece y en cada plano que tiene y cuando está en su casa ligero de ropa deberían repartir esparadrapos en el cine para sellarle la boca a más de una. En realidad la película la llevan entre Rooney Mara, Jude Law y Catherine Zeta Jones, siendo la primera la depresiva, el segundo el médico que la pone en tratamiento alternativo y que acaba bien cagado y la última un bicho malo-malísimo que tiene su propia agenda y que no se detiene ante nada. Entre los cuatros nos llevan por un mundo en el que el dinero lo controla todo y en donde las farmacéuticas se juegan billones y no tienen ningún tipo de reparo a la hora de emplear artimañas sucias u ocultar la verdad. Tenemos muchos momentos íntimos y personales que se alternan con escenas con grandes espacios en donde se mueven los malos y que a veces recuerdan a tiburones rondando a su presa. El director diseñó la historia como un rompecabeza en el que poco a poco vamos encontrando piezas y que tenemos que colocar en el lugar adecuado y cuando lo hemos terminado, tenemos una visión horrible del mundo en el que vivimos, algo que ya sabemos ya que vas al super, te compras una hamburguesa de carne de vaca y te endiñan jaco rumano o vete tú a saber qué. Este es el tiempo y el mundo de las multinacionales y las farmacéuticas son tan malas como las demás.

La historia es muy interesante y me enganché desde el principio. La disfruté como un bellaco y probablemente reaccioné como se esperaba en cada uno de los giros. Me pareció fabulosa y me parece una lástima que el director haya anunciado que se retira con esta película. Definitivamente está fuera del alcance intelectual de los miembros del Clan de los Orcos aunque sus hembras seguro que van al cine para gemir en los primeros veinte minutos con el Tatum. Los intelectuales de GafaPasta sí que no deberían perdérsela.