Sin salida (Abduction) – Abduction


El otro día estaba eligiendo películas para ver el domingo con mi amigo el Niño y con todas las restricciones que me impone, solo conseguía cuadrar un programa en el que la segunda película era una con menos de cuatro puntos en IMDb, algo que presagiaba lo peor pero que no nos detuvo. La anterior se supone que iba a ser buenísima y lo compensaría, así que dando por sentado que con Las aventuras de Tintin: el secreto del unicornio ? The Adventures of Tintin tendríamos un buen sabor de boca, reservamos nuestras entradas. Cuando la primera se torció y ambos salimos del cine aburridos y sin ilusión ni fantasía, nos planteamos incluso el pasar de la segunda película e irnos a emborracharnos para calmar el espíritu y estabilizar nuestro karma, el cual se desplazó peligrosamente hacia la parte mala. Finalmente decidimos arriesgarnos y entramos a ver Abduction, una película de acción normalita que en España recibió el fascinante título de Sin salida (Abduction).

Un julay más dopado que un ciclista le quiere comer el potorro peludo a la vecina pero no parece tener mucho éxito

Un chamo en la edad del pavo y que está más caliente que los fogones del infierno descubre que es adoptado y nada más averiguarlo, su vida se convierte en un drama que no veas cuando unos asesinos matan a sus padres adoptivos y tiene que huir con la vecina a la que le quiere hacer pupita vaginal. Mientras corren para salvar sus vidas la cosa se va complicando y cada vez tiene menos claro si es un ser real o un personaje de ficción de alguna novela julandrona de esas que escribió el Tolkien.

Esta es una película de acción sin más. Tiene un guión tonto que nos lleva de escena de persecuciones y escape a la siguiente escena de persecuciones, sin darnos mucha tregua, salvo para introducir canciones y poner a los protagonistas en modo calenturas ilimitadas. Hay dos varas por las que la podemos medir. Lily Collins está como para mojar pan y además parece sufrir algún tipo de desajuste hormonal que la hace actuar bien y resultar muy creíble. Su papel resulta interesante y si te dejas llevar de su mano, todo va bien. Después tenemos al otro, el líder del TEAM JACOB o Taylor Lautner un lobo metido a chichón que en esta ocasión ve como el papel le va muy grande ya que intenta hacer de Jacob pero no le queda bien. El pobre queda muy forzado como niño-intelectualmente avanzado que es capaz de burlar al FBI sin que se le cambe la sonrisa. No creáis que esto es un problema para la película. Por motivos obvios, el 80 por ciento de la gente que estaba en la sala tenía hachazo y no colita y cada vez que él aparecía en la pantalla y sonreía, gemían como perras en celo y mojaban sus asientos con dosis masivas de lubricante vaginal. Si se acercaba mucho a la tía y hacía un «como sí quiero«, en la sala se podía oler la envidia (que siempre es muy mala) y la rabia incontenida de todas las que creen que el chaval solo debería fijarse en ellas. Cuando en los primeros cinco minutos Taylor Lautner se quitó la camisa, nos pareció que llegó el fin del mundo con todas aquellas hembras desquiciadas en la sala.

Entre los secundarios tenemos a la siempre fantástica Sigourney Weaver, lo cual me hizo esperar que también hubiesen Aliens en la película pero parece que me equivoqué de sala. Quizás fue por la mierda que vimos primero, pero la película me gustó, me entretuve, me reí con las payasadas de un tío que ya se puede pagar unos cursos de actuación por correspondencia o va directo al cajón de los desechos cuando acabe la quinta película de la Saga Crepúsculo ya que parece que no tiene lo que hay que tener. Por lo demás, un buen vehículo para matar una tarde de domingo con los colegas del Clan de los Orcos e incluso las pencas que se pulen.


3 respuestas a “Sin salida (Abduction) – Abduction”

  1. Hay que reconocer que si lo pones al lado del vampiro-brilli-brilli sale ganando, el niño es mono, pero tanto como para pagar entrada de cine por verlo va a ser que no.

  2. Yo soy del TEAM Edward, este siempre me ha parecido muy chicloso y sin músculos faciales. El pobre en lugar de sonreír, enseña las encías como si fuera un caballo. Como no espabile y enderece, su carrera acaba con la última película de la Saga Crepúsculo.