Kike escribe sobre Sulaco


Unos se pueden pasar una vida mirando al cielo y no ver ninguna estrella fugaz y otros sólo tienen que alzar la vista para ver cientos. Unos pueden estar en medio de una multitud y sentirse solos y otros tras pasar años perdidos en el desierto se siguen sintiendo acompañados. Unos pueden creer que no hay magia en el mundo y otros la encuentran sin buscarla en ese lugar llamado Internet.

Esta introducción que no viene a cuento trata de expresar de alguna manera como me siento. Mi amigo Kike llegó a mi vida por caminos cibernéticos. La amistad nació pese a las barreras geográficas y temporales. En un millón de universos paralelos seguramente nunca habríamos sabido del otro, pero en la única realidad que nos importa, en esta que vivimos, fuimos capaces de encontrarnos pese a todos los obstáculos. Nunca hemos estado cara a cara, pero nos conocemos de toda la vida. Nos continuaremos reencontrando en miles de vidas futuras al igual que lo hemos hecho en las pasadas y siempre sabremos desde el primer instante que la nuestra es una amistad interminable.

Kike me ha regalado el texto que leeréis a continuación para celebrar estos cinco años fuera de mi patria. Todos lo conocemos por aquí. Él es el más prolífico de los que pasan por estas tierras. Escribe en la bitácora Sin títulos, habla de esa música que tanto le apasiona en el Blog-musical de Quique, deja suelta su imaginación en Días sin horas y aún le queda tiempo para tener su propia Página de cuentos.

Es para mi un honor y un privilegio engalanar esta página con las palabras de Kike sobre sulaco, que sí tiene quien le escriba:

En un lugar de Canarias, cuyo nombre, sinceramente, desconozco; ha no mucho tiempo había uno de esos hombres cuyo oficio es el de lidiar con las máquinas.

Pero tras un breve periodo de formación, del citado oficio, en aquellos lares, una vocación le nació: las santas cruzadas se implantaron en su mente. Así pues, con sus pocas posesiones y sus tremendas ganas de extender la buena noticia por tierras bárbaras, partió hacia aquellos paises que llaman bajos.

Un servidor tuvo el placer de conocerlo, cuando coincidimos en una taberna calumniosa ( o calumniante), también conocida como la de Priscila, debido al nombre de la regente.

Desde entonces he ido acumulando memorias de sus aventuras. Tales empresas, a veces batalladas cuerpo a cuerpo, a veces con pura labia, le han valido un puesto de honor en el cielo de los cruzados. Como pocos maneja esa espada que es la pluma, que en su caso es teclado. Así que las citadas aventuras, contadas con su destreza, cobran vida y se distorsionan y se modifican a juicio del azar.

Volviera el mismo Quevedo de la tumba, si pudiera, para ver como el castellano, lengua nuestra, puede llegar a degradar tanto a las personas citadas como al autor.


5 respuestas a “Kike escribe sobre Sulaco”

  1. Jo, que guay, muchas gracias. Me alegro mucho de haberte conocido, y es un placer compartir contigo aficiones tan sanas como la de escribir. Por muchos anyos más de distorsiones y amistad. Un abrazo desde Berlin.