Con la emoción tan grande la victoria por cienes y cienes de goles del partido contra los griegos, el Ajax pasó a la siguiente ronda y le tocó un equipo polaco que yo puedo confirmar y confirmo que desconocía y sigo desconociendo, que me apunté el nombre porque jamás lo he oído aunque hay gente que me lo ha dicho, pero mis orejas se cierran. Se trata del Jagiellonia Bialystok y vamos, que no tengo ni pajolera idea de a qué ciudad polaca representa. Mi amigo consiguió entradas por la misma zona, pero más cerca de la esquina de los saques de esquina y un poco más arriba con lo que teníamos mejor visión del conjunto. De nuevo le dije que viniera por mi keli a cenar antes del partido e hice un pollo al limón chino que estaba para que se te cambe la peluca y un arroz con limón flipante y alucinante. Ambos son platos nuevos que estoy probando y que igual añado a mi repertorio. Ninguno de los dos se hizo en la olla a presión y en total creo que tardé cuarenta minutos en preparar ambos platos en paralelo.
Tiramos para el estadio después de la comida y este tercer partido empezaba un cuarto de hora antes que el anterior, así que teníamos que ir antes. Cuando después de aparcar íbamos andando al estadio se cruzó en nuestro camino la guagua del Ajax que trae a los futbolistas y aquí tenemos el documento espeluznante:
Mi amigo se emociona hasta las lágrimas con una guagua, que con tanto graffitti no se ve a un puto furbolista. Entramos al estadio, buscamos nuestros asientos y vimos como se iba llenando el estadio, que otra vez pusieron precios asequibles y vendieron todas las entradas. Por supuestísimo, no podemos perdernos el clásico de la ceremonia de las banderitas, que sucede un minuto antes que empiece la retransmisión del partido:
El Ajax es el único equipo neerlandés que pone una banderita en el asiento de cada espectador, aunque las de este año han sido de las genéricas y no mencionan el partido, pero en ocasiones la banderita deja constancia del contrincante. De nuevo la gente se desgañitó con el La La La de la ceremonia de las banderitas y el vídeo anterior nos muestra con toda crudeza todas esas banderas blancas de plástico, que aquí son muy ecológicos y las hacen de plástico porque es lo que contamina más.
En el partido de ida el Ajax le empetó tres goles a los polacos, con lo que este partido de vuelta se presentaba facilón y así fue, aunque no espabilaron hasta casi finalizada la primera parte. En el vídeo anterior tenemos algunas de las jugadas que sucedieron en mi zona del estadio. Con un resultado final de dos victorias de tres goles cada una, el Ajax se clasificó para la Europa League y al parecer ya se hizo el sorteo, y ahora mi amigo, que piensa que lo logrará, dice que va a hacer lo imposible y algo más por conseguir entradas para los tres partidos locales, que al parecer es una liguilla entre un montón de equipos. Yo dudo que los consiga porque ahora, todos los que no tenían interés, comprarán las entradas y se pondrá muy difícil conseguir alguna. Yo por suerte no puedo comprar porque solo lo hacen primero los abonados y después los que pagan veinticinco leuros por ser fans del equipo, como mi amigo. Yo antes me dejo cortar las uñas negras y gigantescas de los pies, esas enruladas con las que me puedo agarrar a un tubo como un buitre, antes de dar veinticinco leuros para demostrar que soy fans de un equipo de fúrbol.
Una vez acabó el partido, como siempre, nos esperamos para ver a los jugadores hacer el paseíllo triunfal por el estadio y regalar unos cuantos balones que donó el patrocinador principal del equipo, que es una empresa de telelevisión por cable, telelefonía y cosas así, empresa a la que yo estuve abonado en su día para la internete y que abandoné porque su servicio era una puta mielda del copón.
Si mi colega consigue entradas, es posible e incluso probable que tengamos más fúrbol en el otoño, si no, pues cerramos este luctuoso capítulo de mi vida.
Una respuesta a “Ajax 3 – Jagiellonia Bialystok 0”
Mas que la ceremonia de las banderitas, yo lo llamaría el asesinato del coro de Nabucco, Ópera de Giuseppe Verdi, ¡Ay si el pobre Verdi levantara la cabeza!…
Salud