Ámsterdam


Te juro por las braguitas más sucias de MeriLléin que uno de mis amigos neerlandeses, cuando le pedí y le rogué que fuera a ver la película que voy a comentar, me dijo que él no va a ver el cine de la patria, que es málísimo tirando a peor y no se creía ni de coña que una película titulada AMSTERDAM no fuer algo de la patria, así que le tuve que enseñar el poster con los nombres de los protagonistas y ahí, entre los quince nombres que aparecen en la parte superior, todos son americanos o ingleses salvo uno, que es de este terruño. Tras eso mi amigo se quedó tranquilo y decidió darle una oportunidad. La película se titula Ámsterdam y en España se estrenó con el mismísimo título, solo que añadieron la frasesilla tan cierta de truscoluña no es nación.

Tres julays tienen una vidorra que no veas en la capital neerlandesa, hasta con chimpún.

En la primera guerra mundial, dos julays están en el mismo regimiento y se hacen amigos y después de que los hieren y los dejan hechos una mielda, junto con una enfermera, se escapan a Ámsterdam porque resulta que allí hay un panoli que tiene ojos de cristal y uno de ellos necesita uno para tapar un agujero en la cara. Se hacen super-amigos íntimos, aunque después la hembra desaparece y los machos vuelven a América. Unos años más tarde, hay un asesinato en Nueva York de una rica heredera que les pidió que investigaran la muerte de su padre y se convierten en sospechosos y tendrán que resolver el crímen y salvar a los Estados Unidos de una conspiración o algo así.

Esta es una de esas películas en la que buscan sorprenderte todo el tiempo con nuevos y más fastuosos giros dramáticos. Como tenemos una jartá de actores, sabemos que si descartamos a los tres protagonistas, el malo tiene que estar entre los otros doce y vamos dando tumbos de unos a otros, que ahí muchos tienen su momentillo de gloria en el que pensamos que es el malo y después todo cambia y vemos que nos manipularon para convencernos de eso. Personalmente, creo que mejor que el trabajo del trío protagonista es el trabajo de todos los demás, que Robert DeNiro o Chris Rock están fabulosos y les roban las escenas a los otros. El que menos me gustó es Rami Malek, que no pegaba ni con cola y resultaba dificilísimo creerse que estuviera casado con la chocha o que fuera como decía ser, aunque creo que es porque el pobre tiene un registro dramático limitadísimo y se pensó que esto era parte de la peli de 007 que hizo y estaba tratando de hacer el mismo papel. La película entretiene y divierte y sirve para sacar músculo en eso que llevas dentro del cabezón.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, HUYE. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, seguro que la disfrutarás.


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