Dos mil novecientos días de constancia en el Duolingo


Estábamos en pleno verano cuando celebramos los Dos mil ochocientos días de constancia en el Duolingo y como quien no quiere la cosa, han pasado cien días y llegamos a un nuevo hito histriónico, los dos mil novecientos días consecutivos currándome el duolingo, o lo que vienen a ser siete años, once meses y ocho días, que es que estamos a puntito, pero a puntito de cruzar la frontera de los ocho años, algo que igual hasta lo celebramos. En este ciclo de cien días han cambiado muchísimas cosas, entre otras, tengo una nueva chamba y cuando me bajo a Bolduque, tengo casi media hora de tren y no resulta difícil adivinar en qué la uso, tanto a la ida como a la vuelta. Yo no escucho música, no veo vídeos en el telefonino, no tengo juegos instalados en el susodicho, lo mío se limita a hacer ejercicios del idioma que me toque en el día, sin prisa, pero sin pausa. Como cada semana hay una competición y los peores descienden de liga, al comenzar a laburar pensaba que mi increíble racha en la mejor liga se iría al carajo, pero al parecer, si entras en la competición sobre las siete y cuarto de la mañana, a esa hora el grupo que te toca es incluso menos competitivo que aquellos en los que yo entraba antes y por ahora, no he descendido de la super-liga y sigo rondando los cuatro mil puntos de actividad semanales. Si no me equivoco, llegaremos a los TRES MIL días justo antes de San Valentín y celebraremos la entrada en el octavo año antes del final del mes en curso.

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3 respuestas a “Dos mil novecientos días de constancia en el Duolingo”

  1. Lo celebrarías tu y tu dios Tom con su avión, porque a mi me la suda por tiempos…:)
    Salud