Apatrullando Estambul


Recogedores de cosas

Por todos lados en Estambul, pero más particularmente por las barriadas populares, siempre hay gente apatrullando la ciudad. Están a la casza y captura de cosillas, como pueden ser papeles, recipientes de plástico, latas, cristales, ropa, cada uno parece especializado en algo distinto y se mueven con unas enormes zacas con ruedas como las que se ven en la foto. El problema es hacerles foto, ya que alguno son agresivos y por eso, esta la hice desde la planta alta de un bar en el medio de la nada. Un día antes había visto a dos mujeres que parecían gitanas, una joven y otra muerta, enterrada y resucitada como zombie. La joven arrastraba un trasto de esto que debía pesar una burrada y la otra se te echaba encima y te pedía dinero, daba instrucciones a la chica joven y mendigaba y le recriminaba su trabajo o la eficiencia con la que lo ejecutaba. Era como una jefilla de esas tocapelotas que te dan la vara a tutiplén. La gente las veía acercarse y se cambiaba de acera para evitar la confrontación con la viejilla, que nunca conseguía dinero de nadie pero que no cejaba en su intento y de gratis te ponía en las cercanías de piojos y vete tú a saber que más llevaba.

Los de la foto iban por la calle, caminando en el carril de dirección contraria, bloqueándolo y sin que les importara lo más mínimo. En fin, cosas de otros mundos que definitivamente no son como el nuestro. En los Países Bajos, no creo que puedan recorrer más de doscientos metros sin que llegue la policía y les empiece a poner multa tras multa por todas las violaciones de la ley que seguramente cometen sin saberlo.

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3 respuestas a “Apatrullando Estambul”

  1. Pero a esa gente que porta piojos y demás, les deberían dar una subvención por conservar especies que se podrían extinguir sin su ayuda, como los piojos chinches y demás que son alimentados con su sangre, como sucede con perros y gatos abandonados con garrapatas y demás bichos, bueno y con las putas baratas que cuidan de las ladillas con amor y las regalan a sus clientes generosamente para que se propague y crezca la especie… 🙂
    Salud

  2. Las chinches viven su edad de oro en Nueva York, ciudad en la que es raro el hotel que no está infectado. Hasta en un cine las descubrieron, en Times Square, en el centro del mundo y perteneciente a una cadena enorme y petada de chinches.

  3. Incluso sus habitantes vistos desde algún rascacielos parecen chinches moviéndose… 🙂
    Ves, esos ya están subvencionados por el resto del mundo que tienen sometido… 🙂
    Salud