Arabian Tour ? Epílogo


Hemos acabado con el relato de lo que me sucedió en el viaje a Omán y alrededores. Quedan sólo pensamientos sueltos, curiosidades y cosas que me gustaría contar y que por una u otra razón no tuvieron cabida en la historia principal, así que han terminado en este cajón de sastre. Antes de seguir me gustaría dar las gracias a todos los que se han tomado la molestia de leer completamente este diario de viaje. Soy consciente que ha sido bastante largo y que en ocasiones se ha podido hacer un poco tedioso.

Sobre la esclavitud de la era moderna. Me gustaría resaltar las nuevas formas de esclavitud que se utilizan en esas zonas del mundo. Se traen mano de obra del tercer mundo, principalmente India, Pakistán, Filipinas y abusan de esta pobre gente todo lo que pueden. Supongo que para los «elegidos» es una forma de conseguir dinero para mandar a sus familias, aunque el precio a pagar sea bastante alto. Esta pobre gente que llega y trabaja en esos países durante años, no tiene ningún tipo de derechos y no adquieren la nacionalidad en casi ningún caso, no porque ellos no quieran sino porque los gobiernos no se la dan. Los hindúes que trabajaban en el lugar al que yo fui, son enviados a la India cada dos años, cuando expira su permiso, para poder renovarlo. El coste del viaje lo pagan ellos mismos con lo que se gastan parte de sus ahorros para poder seguir trabajando allí. La mayor parte de ellos tienen sus familias en su país, familias a las que no ven y con las que casi no hablan.

Sobre las mujeres en Omán. Si comparamos la situación de las mujeres en ese país con la de su vecino (Arabia Saudita), las mujeres están infinitamente mejor. Tienen acceso a la universidad, controlan más de la mitad de los puestos en la administración, pueden conducir solas o en compañía de hombres y son bastante independientes. Por otra parte, los puestos altos les están vedados, están obligadas a vestir completamente de negro (aunque los hombres también están obligados a vestir completamente de blanco) y sólo pueden llevar el óvalo de la cara al descubierto. Las mujeres con las que hablé no se mostraban tímidas y estaban ávidas por saberlo todo de Europa, lugar que ellas ven como el paraíso. También decir que las mujeres han de casarse para ser algo. Lo de agresivas ejecutivas solteras no existe. Una hembra sin esposo es una hembra descarriada.

El desarrollo del país. Los omanitas son conscientes de que en veinticinco años se acaba el gas y el petróleo y el dinero que ahora abunda será historia. Están tratando de crear alternativas, sobre todo en cuanto a turismo, una industria que por su clima puede tener éxito. Su problema es lo restrictivo de la cultura musulmana en cuanto a alcohol y juergas y su propio clima, que sólo permite tres meses al año con temperaturas entre veinte y treinta grados. En verano ahí se alcanzan cerca de cincuenta grados y eso no hay turista que lo soporte. No se puede andar por la calle, no se puede ir a la playa, no se puede hacer nada. Así que su industria turística dependerá y mucho de esos tres meses de clima benigno. Hoy por hoy, con el dinero negro, están creando infraestructuras sobre las que basar el desarrollo del país. Algo que llama la atención por ejemplo es que no se puede comprar un piso o un apartamento. La ley omanita no concibe la separación de la propiedad compartiendo suelo. Dicho de forma sencilla. Los edificios sólo tienen un único dueño porque no se pueden escriturar los apartamentos ya que no hay una ley que lo permita. Es más, recientemente se aprobó una ley que permite a la gente comprar casas (o terrenos) porque hasta eso estaba muy limitado hasta hace un año. Como véis, aún les queda mucho por caminar.

El trabajo en proyectos internacionales en la zona. Algunos me han preguntado sobre como se trabaja por esa zona y cuanto se cobra. En el lugar en el que estuve nadie me quiso decir, aunque yo calculo que los ingenieros que están allí están ganando alrededor de cuatrocientos dólares por día, trabajando diez horas, seis días a la semana. Tienen turnos de cuatro meses seguidos de tres semanas de vacaciones. Haced vuestros cálculos. Había bastante gente en el campamento que se querían ir a un proyecto en Irak en el que se paga a ochocientos dólares por día, se trabaja los siete días a la semana y se libra cada tres meses durante tres semanas. Alrededor de sesenta y siete mil dólares cada tres meses. No tengo ni idea de si las vacaciones son pagas. A cambio se trabaja en un lugar con un sol abrasador, rodeado de esclavos y sin poder abandonar el recinto por vuestra propia seguridad. Qué nadie me pregunte donde apuntarse porque no tengo ni idea. Normalmente son grandes corporaciones las que ganan los concursos de estos proyectos.

Hábitos extraños. No sé si será común al resto del mundo musulmán o sólo una característica de los omaníes, pero la gente se tira unos peos de morirte (pedos en la península) mientras caminan y ni se inmutan. La primera vez que oí uno me quedé en shock, pero después te acostumbras. La gente va andando y va lanzando gases al cielo tan alegremente. Más que nada es ruido, pero impresiona. Íbamos por el edificio y por todos lados se oían esos peillos. Yo aproveché la laxitud de las reglas para lanzar mis castañazos de rigor, aunque no hay color, que esta gente hace ruido y yo el sonido lo acompaño con un aporte extra de sensaciones olfativas que no tienen precio. Lo malo es que todos sabían quien había sido …
Otro hábito extraño es el referente a los móviles. Allí hay mucha gente que tiene los de última generación que permiten poner un MP3 como melodía. Eligen musiquilla árabe o religiosa y ponen el volumen al máximo. Cuando les suena el teléfono se ponen a bailar y a cantar las canciones, algo increíble. En agosto cambio mi móvil y pienso hacer lo mismo. Me voy a poner el Ave María de Bisbal y veréis lo que es bueno. Me convertiré en el cangril del poblacho holandés.

La gordura amarilla. Por último, no quiero dejar de mencionar la extraña forma que adquiere la obesidad en cuerpos japoneses. Aquí en Europa los gordos son uniformemente gordos. Es algo más proporcionado. Con los japoneses, la gordura les tira para el culo, que se les infla peligrosamente hacia atrás y les separa las pezuñas. El resultado es estremecedor. Cuando caminan parecen tortugas arrastrando el caparazón, sólo que en vez de concha, tienen un pedazo de culo de morirse. Tienen que separar los pies y el efecto es muy extraño. Para compensar el peso hacia atrás y restablecer el equilibrio, balancean el cuerpo hacia adelante. Ver a uno de estos gordos nipones corriendo no tiene precio.


4 respuestas a “Arabian Tour ? Epílogo”

  1. tio sulaco, ha sido un placer leer este relato. He viajado desde mi ordenador por sitios que jamás habría pensado que iba a visitar. Muy agradecido por tu diario compartido con nosotros.

  2. Sobrino Kike, a ver si podemos charlar un rato con el MSN esta noche y me cuentas que tal lo del concierto del viernes, aunque lo suyo sería que me dieras detalles sucios para tener algo que escribir esta semana, que yo con cuatro datos me monto una historia de lujuria y perversión an Aarhus.

  3. >Una hembra sin esposo es una hembra descarriada.

    esto pasa tambien aquí en las colonias de la Gran Castilla, solo que aqui se arrejuntan, y demas…

    pero una mujer de 30 y pocos sin un macho a su lado que le de minimo 3 o 4 viajes semanales no es nada, se vuelven locas, leen el cosmo y se creen diosas madre-de-la-naturaleza, compran moda cara y se apuntan a yoga o tai-chi

    y acaban en bares de 30añeros a las 3 de la mañana, las medias rotas, el rimel corrido y borrachas como cucas, el tanga todo rodado, sobandose con cualquier cosa como gatas hambrientas

    este ultimo párrafo es totalmente verídico, lo he comprobado unas 3 o 4 veces estos ultimos meses

    jajaja

  4. yo también he visto esas guarrillas. Silvia Bocanegra sin ir más lejos era peor que un caniche en celo. Que asco de tía, te dejaba los zapatos llenos de flujos vaginales.