Como siempre repito las mismas rutas, en pocas ocasiones vemos algún aeropuerto nuevo y esta es una de esas excepciones. Además, ese día hubo una gota lluviosa que no veas en los Países Bajos y como todos recordamos, la piloto del avión hasta consideró desviarse y aterrizar en otro lado porque estaba diluviando, pero finalmente se abrieron las nubes cuando aterrizamos y lo único fue que la pista estaba tan inundada que tardaron casi veinte minutos en venir a abrir las puertas y poner las escalerillas y el nuestro era el único avión presente en el aeropuerto en ese momento, que no fue porque estuvieran ocupado, fue porque los de inSeguridad y falta de higiene en el trabajo no lo permitían. Para aquellos que sean intelectualmente poco dotados, el aeropuerto de Groningen es el que está más al norte en los Países Bajos y esta es mi segunda vez en el susodicho y puedo confirmar y confirmo y reconfirmo que he volado a todos los aeropuertos neerlandeses con vuelos comerciales, a todos, toditos. La música para este evento único y seguramente irrepetible es la ccanción The Greatest Show de la película El gran showman – The Greatest Showman.

Según íbamos bajando, las nubes esas de la gota fría nos van pasando y entre ellas, vemos el paisaje del norte del país, más parecido al paisaje campurrio español, que es una zona más campesina y en donde también hay muchas vacas. Por esa parte del país es donde hay gas en el subsuelo pero lo han tenido que dejar de extraer por los terremotos, que a la gente le dan muy mal yuyu. Según se acerca el aterrizaje, a lo lejos se pueden ver las nubes negras de donde estaba cayendo lo que no está escrito, que iba en dirección oeste y nosotros veníamos de allí. Al aterrizar, no llueve, es el agua salpicando del suelo de la pista de aterrizaje mezclado como con vapor que había al nivel del suelo. Andando a la terminal, en más de un punto tuvimos que saltar unos charcos que parecían lagos.