Belfast


Este año, cada vez que vea una película que consigue la máxima puntuación, si ya se ha estrenado en España o está por estrenarse, me saltaré el orden y así tenemos la de hoy, la primera que consigue la máxima puntuación y que ya está en la cartelera de los cines españoles. Yo ni leería el resto e iría a verla porque lo merece, salvo que seas rarito y no te guste el cine sin superhéroes ni efectos especiales a mogollón. La película que nos trae hasta aquí se titula Belfast y en España está en los cines con el mismito título y la frase adicional truscoluña no es nación.

Un julay sobrevive en un entorno petado de joputas truscolanes de mielda.

A través de los ojos de un niño, vemos los enfrentamientos que comenzaron en Belfast a finales de los sesenta y en los que los protestantes iban a echar y matar a los católicos y limpiar su ciudad al precio que fuera. Los padres del niño intentarán que tenga una infancia como debe ser, pero todo en su entorno está en contra de eso.

En la primera escena, en el comienzo de la peli, una madre llama a grito pelao a su hijo para que vaya a la casa a cenar y lo buscamos por el barrio hasta que damos con él y una vecina le dice que tiene que ir a casa. Cuando está cerca de la puerta, hay un tumulto que viene hacia el barrio, se da la vuelta mientras la cámara hace un giro de trescientos sesenta grados y vemos, con sus ojos, el horror de ver aquella muchedumbre furibunda que busca matar católicos. Yo ahí ya le puse un diez a la película y supuse que después iría perdiendo puntos. Resultó que no, que Jude Hill, el niño, en su primer papel en el cine, tiene un carisma que hace que todas las escenas con él sean maravillosas, pero es que la historia, contada en blanco y negro, me atrapó y me llevó en un montón de momentos al borde de las lágrimas o directamente a llorar. Judi Dench y Ciarán Hinds están épicos y legendarios como los abuelos, sus escenas son pequeñas joyas que quieres volver a ver una y otra vez, su interacción con el resto de la familia es fantástica y por si no teníamos bastante Caitriona Balfe es una madre fantástica. La sorpresa, sin embargo, la verdadera sorpresa, es Jamie Dornan como el padre del niño y no tanto por los diálogos, sus miradas, la forma en la que mira a sus hijos, a su mujer, la manera en la que los defiende, el amor que muestra, ha hecho que pese a que lo he tenido desde cierta fatídica mierda de película en mi lista negra, desde hoy ha salido de ese purgatorio y prestaré mucha atención a lo que haga. La película está escrita y dirigida por Kenneth Branagh, basada en su infancia en Belfast y desde ya es una de mis favoritas a ciertos premios que se darán el mes que viene. Hay una cantidad considerable de momentos tiernos, de escenas familiares, de risas, de aventuras del chiquillo, de amor y de buen rollo.

Esto es cine bien hecho, que demuestra que cuando se dan las circunstancias adecuadas, el cine trasciende y conecta con nosotros a un nivel increíble. Si eres un miembro del Clan de los Orcos, quédate revolcándote en la bazofia que te gusta y no te molestes en ir al cine, pero si eres un sub-intelectual con GafaPasta o alguien que ame el cine, no tengo ni puta idea de por qué sigues leyendo y aún no has comprado tu entrada.


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