Blade Runner


Todos los que tenemos el abono ilimitado, cuando vimos que en la cartelera para la semana pusieron un jueves por la tarde la película que voy a comentar, a todos se nos pusieron los vellos de punta y reservamos nuestra entrada instantáneamente. El cine se petó, como correspondía a un evento que solamente es posible gracias a los proyectores digital y tal y tal, que permite a los cines darse el lujo de traer a la pantalla una película que originalmente se estrenó en el año 1982, estreno al que dicen que asistieron Virtuditas y Genín, que yo era muy pequeño y la vi por primera vez en vídeo. Se trata de Blade Runner, la cual se estrenó en España con el mismo título.

Un julay matarife se encoña de un robot que no es de cocina y le quiere dar chimpún por los agujeros de todas sus tuercas.

En noviembre del año 2019, en un futuro muy pero que muy lejano, el mundo parece ser una mierda del copón y la gente se marcha a otras colonias planetarias porque esto es una cagada y en la Tierra solo quedan los tullidos y unos robots que parecen julays y que tienen unos arranques de violencia que no veas porque los fabricaron con tres años de vida y ellos quieren tener muchos años más y comer manices y perdices y hasta lombrices. En ese mundillo, un Blade Runner, que es un cazador de robots, tendrá que encontrar a cuatro y neutralizarlos y por el camino se enamorará de una quinta robot que se la pone morcillona por aquello de que un chocho artificial no te alza la voz y tampoco le tienes que decir piropos o regalarle cosas. El chamo irá de mal en peor, buscando sus objetivos y recibiendo unas tundas que no veas pero poco a poco irá neutralizándolos a todos hasta que le falta uno que le salió charlatán.

Esto es un clásico entre clásicos y viéndola de nuevo asombra como el futuro que se imaginaban no llegó, hoy en día hay muchas cosas que salen ahí que no tenemos y también sucede al reves, ellos ni sabían que Virtuditas iba a estar enganchada como una perra en celo al CaraCuloLibro. El ritmo, la historia, que está basada en un relato fabuloso de ciencia ficción y las interpretaciones, todo, todo, todo huele a clásico. La película no se ha resentido y sigue siendo una joya que te atrapa desde el primer segundo y no te suelta hasta que terminan los títulos de crédito. Harrison Ford está fantástico, como Rutger Hauer o Daryl Hannah o Sean Young. Todos son leyendas gracias a esta película. Los efectos especiales, hechos sin ordenadores ni la capacidad tecnológica de hoy en día, son fantásticos y los diálogos tienen una densidad que es imposible ver en el cine actual, que produce productos masticados para que la gente no se atragante. Esto es un clásico.

Ya seas un miembro del Clan de los Orcos como un sub-intelectual con GafaPasta, todos tenéis que ver esta película para ver si aprendéis algo de una puta vez.