Bumperkleef


Una especie de película holandesa que parece de terror es un caramelo que no quiero perderme y esa fue la única razón por la que fui a este pre-estreno, ya que el trailer como que ya me provocaba unos picores intensos pero uno se sacrifica las veces que haga falta. Otra de las razones es que uno de los protagonistas es uno de mis actores holandeses favoritos y el hombre, en prácticamente todo lo que he visto suyo, borda sus papeles y en muchas ocasiones mejora las historias. La película se titula Bumperkleef y jamás se estrenará en España, ni siquiera con el fastuoso título de truscoluña no es nación.

Un julay neurótico y su familia emputan a un joputa truscolán de mielda.

Resulta que un pollaboba va a la keli de sus viejos para celebrar el cumpleaños del padre con su hembra y sus dos hijas. El tipo es un gilipollas integral, conduce como un energúmeno y acaba tocándole los güevos a uno que va en la carretera y que a partir de ahí se dedica a seguirlos para matarlos, mientras todo el mundo grita y grita y grita.

Esto es un atraco a mano armada, una copia sin vergüenza alguna de la película Duel de Steven Spielberg, solo que esa era buena y en lugar de un camión hay una furgoneta. Yo lo siento mucho por Jeroen Spitzenberger pero en esta película está fatal, se pasa el tiempo gritando y eligiendo entre doscientas posibilidades reales y una estúpida y absurda, esa última. Todo lo que hacen es sencillamente increíble, las persecuciones son patéticas, la tensión inexistente, te dan ganas de ser tú mismo el que mate a ese gilipollas, a su hembra y a sus hijas, ya que todos los que van en ese coche son bestias deleznables que merecen morir. Dura ochenta y cinco minutos y le sobran tranquilamente ochenta, del cine se marchaba gente y más gente y más gente que salían por patas y con un trauma que les durará muchísimo tiempo. El malo es patético, terrible, malo, malo y malo. El director consiguió que parezca que ninguno de los actores sepa actuar, todo el mundo sobre-actuaba sin vergüenza alguna en algo que sonrojaba por lo mala que es.

Esto jamás saldrá de las fronteras holandesas y no os podéis ni imaginar la suerte que tenéis de que el daño se contenga aquí. Es una puta mierda del copón por mérito propio y puede provocar un infarto cerebral a cualquier sub-intelectual con GafaPasta que intente verla.