Imagino que un retardado subnormal que trabaja en la distribuidora de esta película y con menos luces que un agujero negro leyó la palabra love en el título y decidió que era el estreno perfecto para el día de San Valentín, aunque la peli tiene poquísimo de romántica y vamos, la manera en la que el pavo trata a su mujer y sus hijos no es precisamente lo que la gente quiere ver ese día. La película se estrenó en todo el mundo como Bob Marley: One Love, aunque se dijo de titularla truscoluña no es nación para España.

Un julay metido en una secta da unos alaridos horrendo.

Resulta que lo de los rastafaris es una secta, que es lo que aprendemos en esta peli y resulta que son racistas y se creen los seres superiores y por eso tienen esa mielda de pelo y el Bob Marley es un miembro de la secta que casualmente se hace famoso y como en su isla se matan unos a otros y viven todos con armas, después de un atentado en su keli, manda a su hembra y a los hijos a América, con la madre que lo abandonó para emigrar dejándolo atrás, que tremendo regalito de madre. Él se pira a Inglaterra y escribe un nuevo álbum, después se pasea por conciertos en Europa y finalmente regresa a Jamaica para un concierto en la isla y tal y tal.

El que escribió el guion tuvo que ver como lo masacraba la familia de Bob Marley y en particular su esposa e hijos y al final lo que quedó fue algo demasiado complaciente y absurdo. Da igual que el tío haya hecho alguna canción buena, que si me preguntas a mí, es solo una porque no recuerdo ninguna otra, es más bien que la historia está muy mal contada y no hay conexión con los espectadores. Esto apesta a telelefilm de AntenaTriste para domingo por la tarde, a película hecha sin presupuesto y sin ganas por actores mediocres. Toda la movida rastafari es ensalzar una secta que no parece buscar nada más que la superioridad de los suyos. Es un ejercicio de mediocridad de más de cien minutos que se podían haber concentrado en un episodio de veinte minutos y no nos habríamos perdido nada, ya que en ningún momento trataron de indagar en la historia de este hombre. Las actuaciones de todos oscilan entre la mediocridad de los adultos y el patetismo de los niños.

Esto no se lo deseo a ningún miembro del Clan de los Orcos y hasta advertiría a los sub-intelectuales con GafaPasta para que eviten los cines en los que pongan la peli. Es absolutamente perfecta para una siesta digestiva tras un buen plato de fabada.