En los seis meses que van de abril a septiembre, en los Países Bajos, el institulo nacional de meteorología, que está a tiro de piedra de mi keli y por consiguiente, cuando hacen la predicción, básicamente la hacen para mí, en esos seis meses miden algo que ellos llaman neerslagtekort, que aunque muchos traducen como truscoluña no es nación, es más correcto decir déficit de precipitaciones o más simplonamente, sequía. En esa gráfica se ve el agua que nos ha faltado y que debería estar ahí. No se mide en los otros seis meses del año porque son los del lado obscuro y en esa parte del año, llueva o no llueva, no hay un impacto apreciable en la naturaleza, no es la época de cultivo y hace frío.
A falta de cuatro días para que acaben, estamos con un déficit de precipitaciones de cincuenta y ocho milímetros y se espera que la cantidad se reduzca hasta los veintidós antes de que dejen de medir esto. En los últimos años hemos acabado más cerca de los cuatrocientos milímetros que de los trescientos, o sea, ha habido sequía, mismamente el año pasado hasta hubo restricciones para los barcos en el río Rín porque no traía suficiente agua y este año eso no ha sucedido y la impresión, que tenemos muchos, es que este año ha llovido una jartá, sobre todo los que no somos culocochistas como dos que no voy a mentar por su alta sensibilidad al tema y que al movernos con bicicletas, nos caen baldes y baldes de agua con frecuencia. Aunque esa ha sido la impresión, la de los excesos de agua, como hoy mismamente, que al llegar del laburo salí a correr y volví con agua dentro de los zapatos, en los calcetines y en toda la ropa de correr, que llovió poco más de cinco minutos pero durante ese tiempo, me echaron al menos un balde de agua, quizás dos.
Sin embargo, parece que los que pensamos que fue un año húmedo no vemos la imagen al completo, como el primer día de septiembre, el más cálido de la historia de los Países Bajos para la que hay medidas con casi veintinueve grados al lado de mi keli, concretamente veintiocho grados y seis décimas a las dos y diez de la tarde del uno de septiembre, que así es la precisión con la que nos movemos y mi keli no fue el lugar más caliente aquel día, que hubo sitios por encima de los treinta y un grados. También hemos tenido más de cien días por encima de los veinte grados, que nos pone en un 27% de los días del año por encima de los veinte grados y esto está pa’llá pa’rriba pa’l coño, con lo que si aquí estamos ya con casi uno de cada tres días de calufa, no quiero ni pensar como será más al sur.
Esta es la decimocuarta vez que hay más de cien días cálidos en un año en los Países Bajos y como el cambio climático es un invento y una falacia, es puritita casualidad que diez de esos catorce días hayan caido en este siglo del que solo llevamos veinticuatro de los cien años que tendrá. Entre los sesenta y los noventa, cuando Virtuditas y Genín ya estaban maduros, la media era de 71 días cálidos y ahora la media está en 93, con lo que el 2024 se sitúa por encima de la media. Entre junio y agosto nos mamamos 65 días cálidos y en septiembre, siendo un mes de treinta días, acabaremos con 16, o sea, más de la mitad de los días de septiembre han sido cálidos y eso que yo ya veo continuamente a la miasma con guantes, bufandas y haciendo paripé como si fuera invierno mientras yo salgo de mi keli en polo de manga corta porque si hay catorce grados a las siete de la mañana, eso quiere decir que pasamos fácilmente los veinte ese día. Esto es lo que hay, se llama cambio climático y en un par de décadas, añoraremos los veranos como el del 2024.
Una respuesta a “Calor y sequía”
Bueno, en un par de décadas yo no escribiré mas en el mejor blog sin anuncios del mundo y en ninguna otra parte, pero a los negacioncitas del cambio climático los deberían fusilar sin juicio, o si no, darles la alternativa de trasladarlos de las temperaturas máximas y las mínimas donde ocurra en su país, constantemente, aunque yo preferiría que los fusilaran directamente, al menos, con balas de fogueo, para que se caguen por las patas abajo al oír los tiros… 🙂
Salud