Caminando y caminando


Se ha corrido la voz entre mis amigotes que como yo no quiero ser obeso mórbido como algunos comentaristas que mejor no mentar que son muy sensibles, además de correr seis kilómetros cuatro veces por semana y de caminar los otros días al menos diez mil pasos, cada dos semanas en domingo, si el tiempo lo permite, me voy a caminar por la mañana y este año he hecho varias de esas caminatas solo, de entre doce y quince kilómetros. Uno de esos amigotes, que ya se está entrenando para la Vierdaagse de Nimega, el mayor acontecimiento mundial y del universo conocido de marcha y en el que él participa siempre en la modalidad de cincuenta kilómetros y como todos sabemos que vierdaagse son cuatro días, el chamo, en esos cuatro días camina DOSCIENTOS kilómetros, comenzando cada día a las cinco de la mañana. Lleva desde que lo conozco dándome la vara para que participe y yo ninguneándolo, que le he explicado por activa y por compasiva que yo carezco de ese instinto que tiene la gente que va a esos eventos porque quieren ser más seres humanos o algo así. Bueno, el chamo me dijo que vendría a caminar conmigo algún domingo para entrenarse y lo hizo este pasado, así que yo organicé una ruta de unos veinticinco kilómetros saliendo de mi keli, aunque al final hicimos alguno más y mi total del día llegó a los treinta.

Usando la página de la organización de caminantes no hay camino pero se hace al andar neerlandesa, combiné dos rutas con otra inventada por el Elegido, seguimos parte de la ruta de las Limes romanas, que era el sistema fronterizo del imperio Romano (los primeros cinco kilómetros de la gráfica anterior) y que por aquí seguía el río Rin y lo arrejunté por la caminata que va junto al Kromme Rijn (a partir del kilómetro doce), el Rín sinuoso o meneoso, o temblequeoso. Este ramal del río Rín en su delta tiene unos veintiocho kilómetros de largo y acaba, termina, culmine, llega, a la parte sur de la ciudad de Utrecht, justo en el lugar en el que la ciudad está rodeada de dos canales que la protegían. El río viene serpenteando por llanos y es muy bonito. En el pasado era navegable pero se llenó de arena en la edad media y a partir de ahí se usaron otros ríos en la zona para navegar, pero sigue siendo famosísimo y queridísimo.

Salimos de mi keli sobre las diez y media de la mañana y nos tomó unas cinco horas y media incluyendo el tiempo que estuvimos en dos cafés tomándonos el cafelito, que hicimos parada técnica en Odijk y en Ameliesweerd. También en Odijk perdimos algo de tiempo haciéndonos fotos ofensivas delante de unos edificios de la policía para mandárselas a un colega que labura allí. Mi amigo vive convencidísimo que alrededor de mi keli no hay nada lindo y hermoso en la naturaleza y lo flipó porque el paseo es espectacular. Justo en el momento en el que llegamos al Kromme Rijn, en el kilómetro doce, vemos el primero de varios castillos que estaban a la vera del río, o casoplones, que el concepto de castillo neerlandés no es el medieval español.

En la foto vemos justo el lugar en el que comenzamos la ruta al lado del Kromme Rijn y el castillo Beverweerd está a nuestras espaldas y al frente tenemos el poblacho de Odijk. A la izquierda se puede ver el sendero para los caminantes, sendero en el que no se permiten bicicletas, ni coches, con lo que sé de dos culocochistas que no podrían hacer este paseo. El día estaba perfecto para caminar, con nubes y claros, cuando te daba el sol la temperatura subía a los diecisiete grados y cuando se nublaba, bajaba un poco, pero sin viento se podía seguir sin ponerte la rebequita o la chaqueta.

Al llegar a mi casa, aún pudimos tomar el solito un rato en mi jardín antes de atacar la cena, que preparé por la mañana Burritos de congelador y tenía un tercio de tortilla de papas con cebollas rojas en una bolsa al vacío y con eso y algo de queso canario con medalla de oro del lidel y jamón serrano, rematamos el día.

Si el julay elige repetir, la próxima será ir hasta el punto en el que el Kromme Rijn se integra en Utrecht, pasar la ciudad por el Oudegracht y llegar al portón en el que comienza el río Vecht, que básicamente es este mismo pero con otro nombre y después seguirlo hacia el norte hasta casi Breukelen y desviarnos al este por debajo de Loodsdrecht para acabar cerca de Hilversum. Esa será una caminata de treinta kilómetros.

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3 respuestas a “Caminando y caminando”

  1. Te recuerdo que yo camino todos los dias y que además tengo bici… 🙂
    Tambien coche, claro, pero casi no lo uso… 🙂
    Salud

  2. Hay peregrinos del camino de Santiago que no hacen etapas de esa longitud, vaya paseíto…