Castañas guisadas con anís


Yo me crié pensando que en todo el Universo, todos y cada uno de los seres humanos comían castañas al llegar el otoño porque eso era lo que sucedía en mi casa. Siempre subíamos a la Cumbre de Gran Canaria a buscarlas en Valsendero o en Ariñez, lugares en los que mis padres tenían una casa y familia. Conocíamos los lugares en los que estaban nuestros castañeros y nos lo pasábamos bomba aplastando los erizos o abriéndolos con un palo y extrayendo sus deliciosas castañas. En otoño, el postre eran siempre castañas y las comíamos guisadas con matalahuga (anís, matalahuva o matalauva) o asadas al fuego en una sartén llena de agujeros que se pasaba nueve meses tirada en el patio de casa de mi abuela hasta que se convertía en el caldero más importante de todos los de la cocina y nuestra vida giraba alrededor de ella.

Cuando llegué a Holanda y descubrí que los holandeses no comen castañas y no se pueden comprar por la calle me llevé un gran disgusto. Me dediqué a rastrear el mercado de Hilversum hasta que encontré un puesto en el que las vendían y a partir de ahí volví a mi rutina habitual. Ahora conozco hasta un par de sitios en los que hay castañeros y en ocasiones voy a coger una buena bolsa.

De las dos formas en las que preparo las castañas, hoy veremos las castañas guisadas con matalauva. Según mi madre, que es una experta en el tema, las guisadas con anís producen menos flatulencias, peos (pedos) o bufos, da igual la forma en la que los llaméis. Es una lástima porque una de las cosas más divertidas de comer castañas son los ataques químicos que uno puede lanzar unas horas más tarde. Sin ir más lejos, esta semana pillé a uno en uno de los retretes de mi trabajo y desde fuera le mandé un regalito que lo dejó dando gritos agónicos en su cubículo.

Dejemos los temas escabrosos y vamos a concentrarnos en esta receta tan sencilla:

Los ingredientes: Castañas, sal, agua y matalauva (o anís o matalahuga o matalahuva).

La implementación: Se hace un corte en las castañas. Se pone en un caldero agua a hervir con una buena cantidad de anís y algo de sal y se echan las castañas. Se dejan hirviendo unos quince minutos (o algo más si no se cocinan por dentro, dependerá de la fuerza del fuego) y ya está.

Sencillísimas de cocinar y deliciosas. Todo un pecado para disfrutar en otoño.

Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa


5 respuestas a “Castañas guisadas con anís”

  1. ¿Con matalahuga? Tienen que estar muy buenas así. Me ha llamado la atención lo de la sal.
    Aquí en Andalucía se suelen tomar asadas, con la sartén agujereada, como la que tu dices. Cocidas no es muy habitual… el efecto invernadero, supongo.

    🙂

    Las probaré

    Saludos.

  2. Asadas, lo suyo son asadas a la brasa. Yo las he hecho en el microondas, y están buenas pero te pierdes el descascarillado de la piel quemada…Cocidas me gustan menos, pero con eche están ricas…
    Salud

  3. Hola amigos: Soy un canario (Tenerife) perdido hace 15 años por Galicia (La Coruña) y siempre recordaré las castañas guisadas que mi madre preparaba. Y es que hace años que nos las pruebo. Pues bien, hoy me he dado mi habitual paseo por estas verdes tierras y he recogido castañas (aquí las hay salvajes a patadas) y me voy a poner ahora mismo a prepararlas como las hacia mi mami hace muchos años ( o al menos intentarlo). Ya les contaré que tal me fué. Un saludo a todos mis paisanos y hasta pronto.

  4. SALUDOS DESDE USA, ARIZONA. POR AQUI NO SE COMEN CASTANAS PERO YO SI, MENOS MAL QUE LAS TRAEN EN EL OTONO ES LA UNICA FORMA DE VERLAS. LAS HE COMPRADO Y LAS HE ASADO TAMBIEN COCIDAS PERO NO CON MATALAHUVA, EL ULTIMO VIAJE A LA MADRE PATRIA ME TRAJE MATALAHUVA Y AHORA VEO EL MOMENTO APROPIADO PARA MEJORAR MIS CASTANAS COCIDAS, HOY MISMO ME PONGO EN ACCION. EN REFERENCIA A LA REACCION QUIMICA PUES Q LE VAMOS A HACER UN REGALITO PARA LOS AMERICANOS, JEJEJE.