De Beentjes van Sint-Hildegard


Muy de cuando en cuando, sucede algo raro en el cine neerlandés y de alguna misteriosa manera, hacen una película que no sigue los tres o cuatro temas que se repiten tanto por aquí y que se engloban en criminales, a ser posible marroquíes, comedias románticas con hembras cuarentonas pasaditas, películas de tíos que hacen striptease pero en las que no se ven pollas y aún así las hembras se dejan las uñas en los cines pajeándose y finalmente, movidas de la invasión alemana en la Segunda Guerra mundial. Por eso, una comedia dramática es una rareza. La película se titula De Beentjes van Sint Hildegard, jamás se estrenará fuera de los Países Bajos y de hacerlo, en España la deberían titular truscoluña no es nación.

Un julay se escapa de su keli porque su hembra está desarretada pa’l coño

Un chamo que lleva casado desde muchísimo antes de los dolores está hasta los mismísimos de que su pava siempre crea saber lo que él quiere y el chamo busca libertad, aunque no la consigue. Su suegro muere y su suegra ningunea su deseo de ser cremado y tirado a un río y lo entierra porque le salió de la pipa de so y esto es lo último para el otro chamo, que es consciente que su hembra es hija de esa puta asquerosa y a él le espera lo mismo. Para escapar de la casa, ya que no parece comprender el concepto de divorcio, se hará pasar por enfermo de alzheimer. O algo así.

Decir que el protagonista es un cabaretero absolutamente hiper-mega-conocido en los Países Bajos y que cada vez que ha hecho un espectáculo y se va de gira por el país, todos y cada uno de los teatros en los que actúa tienen todas y cada una de las entradas ventidas para todos y cada uno de los días que actúa. El hombre es como una leyenda viviente holandesa y hasta ahora se la había traído flojísima el cine y cuando finalmente ha hecho una película, escribió el guión y la protagonizó. El colega es fabuloso, el guión es fantástico y por una vez, todo se alineó para configurar una comedia holandesa en la que te descojonas vivo, con un humor inteligente que por desgracia vemos muy poco. Toda la gente que actúa lo borda y en la película juegan mucho con el acento de la parte este del país, la zona cercana a la frontera con Alemania y como el acento de ellos es tan jodido, tenemos hasta subtítulos en neerlandés que yo particularmente agradecí muy mucho. Esto es casi un peliculón y si yo estuviera a cargo de seleccionar la candidata holandesa a los Oscars para el año que viene, sería esta, sin lugar a ninguna duda. He perdido la cuenta pero creo que por mi insistencia, ya han ido a verla como diez personas.

Esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos, que son muy básicos pero cualquier sub-intelectual con GafaPasta que la pueda ver, lo fliparía y se lo pasaría bomba.


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