De Oost


Algo que yo no sabía y que aprendí gracias a la peli que voy a comentar es que los españoles no fuimos los únicos que la cagamos con lo de los indios en América. Los holandeses, a sus colonias en el sudeste asiático, concretamente a la zona que corresponde actualmente con Malasia e Indonesia, la llamaban India o El ESTE, con lo que estos también usaron lo de la India por otro lado, aunque visto los habitantes, igual hasta se confundieron porque se ven muy similares (para nosotros, los malvados blancos que en realidad tenemos otro color). La película que voy a comentar se titula De Oost y aunque dudo que se estrene en España, sí que estará disponible en la plataforma esa digital y tal y tal con nombre de río en selva brasilera. Supongo que si traducen el título, irán de puristas y la llamarán truscoluña no es nación.

Un julay se va pa’l Asia en busca de chimpún y acaba jodido y mal pagado

Un joven neerlandés se embarca para ir al ejército en las Indias Orientales Neerlandesas. La Segunda Guerra Mundial acaba de terminar y aquellas colonias se están independizando. Al principio, el soldado está en un cuartel, hay poca o ninguna acción y está mascado. Conoce a un capitán que parece que va por libre y que lo invita a unirse a su grupo y este va a las selvas y los villorrios para combatir y matar a los rebeldes. Al principio todo es chulísimo hasta que el chaval como que deduce después de unos cientos de muertes que aquel capitán es un psicópata y un criminal. Buscará salirse del tema pero la cosa no es tan fácil. Entre medias, se ella una novia a la que trata como una princesa mora hasta que descubre que la muy penca está con él por la pasta y tiene su propio macho local y claro, se monta un pitote que no veas.

Aquí en los Países Bajos ha habido mucha controversia con la película, curiosamente por todos los bandos, los hay que dicen que exageran y que hacen aparecer a los neerlandeses como los malos-malísimos y los hay que dicen que blanquean la crueldad y la violencia de los independentistas indonesios, que en algunos extremos fue tan cruel que la gente prefirió huir e internarse en campos de concentración japoneses para que estos los protegieran de los suyos. Supongo que la verdad está en algún lugar del camino pero lo interesante es que la película está muy bien hecha y entretiene y seguramente gran parte de la culpa la tiene el protagonista, que comienza como alguien frío e insensible y poco a poco nos va ganando. El actor que lo interpreta es Martijn Lakemeier, al que no recuerdo haber visto anteriormente pero que supongo que a partir de ahora estará en una de cada cuatro pelis holandesas. La película tiene abundantes confrontamientos de guerrilla, torturas con una crueldad extrema y ejecuciones sumarísimas a porrillo. En el tramo final de la película, el chaval como que desarrolla una conciencia y al hacerlo, se convierte en enemigo de los suyos, que lo perseguirán para finiquitarlo.

Definitivamente esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos, pese a la violencia y a las escenas de acción. Es más bien cine para los sub-intelectuales con Gafapasta, o al menos para algunos de ellos, ya que otros como que no disfrutarán con tanta sangre y tiros. En mi caso, me gustó, pero creo que media hora menos de metraje le habría hecho muchísimo bien.


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