Depredador – Predator


Hace dos lunes fui al cine a ver una película muy pero que muy especial. Por un día y para celebrar sus treinta tacos regresaba la película que voy a comentar hoy, uno de los pilares de la historia del cine de acción y ciencia ficción y una que creó un sub-género. Es además una historia épica y con leyenda de la que nos reímos y hablamos pero que no vemos. Si alguien cree que iba a estar solo, craso error, el cine estaba PETADO, hasta la última butaca tenía un julay y lo primero que notabas al entrar es que allí no olía a coño, no había una sola pava en el cine y los únicos chochos en el lugar eran chochos de hombre, que tienen un aromilla más mierdoso. El pestazo a testosterona impactaba. Todos estábamos allí para ver Predator, película que se estrenó en 1987 en España con el título de Depredador.

Un julay le pega al puro que no veas

Cuando alguien se pregunta la razón por la que Arnold Schwarzenegger se convirtió en una estrella en todo el mundo y quizás hasta en el resto del universo, hay dos películas que se bastan para explicarlo y esta es una de ellas. Esta historia es una de las mejores películas de acción y de polladas de la historia. No hay tiempo para ñoñerías, no hay morralla psicológica, no hay minutos derrochados en explicarnos lo que ha hecho que esos hombres sean así, esto empieza directamente con los helicópteros descargando los soldados y a partir de ahí, chimpún para todos. Un grupo de comandos ha de rescatar a unos secuestrados en la jungla o eso creen ellos porque la operación de entrar, rescatar y salir por patas se complica que no veas cuando un malaje truscolán los empieza a matar de uno en uno y sin que ellos puedan hacer nada.

Ya no se hace cine como este, rebelde y pillín y sin que les importe un pito lo políticamente correcto. Los tíos son como los julays de verdad, malas bestias que dicen lo primero que les viene a la cabeza. Arnold Schwarzenegger rebosa de acento austriaco cuando habla en inglés y uno se pregunta como coño puede ser un marine si ni es gringo ni mejicano pero es que la vida es así de linda y para redondearlo, todos en el equipo lo llaman DUTCh, o sea, holandés para los más incultos entre vosotros los sub-humanos. La historia avanza entre escenas flipantes y para una película en la que hay un pequeño equipo, resulta increíble la cantidad de chusma y gentuza que se cruzan por la jungla que allí mueren cienes y cienes de julays pese a que parecía desierta y aún más increíble es que todo el mundo va con unas mochilitas como las de niños y sin embargo la munición no se acaba nunca y mira que la derrochan. La película tiene eso, es una parodia de un montón de cosas y te ríes y te ríes y te escandalizas y te vuelves a reír. Es una celebración de la camaradería y de las frases estúpidas, como decirle a la única pava que hay en pantalla, que es una rebelde capturada, que huya y se salve yendo al helicóptero de los gringos y lo más flipante es que ella, rebelde revolucionaria y todo lo demás, como el pollaboba de la coleta ese que pone la mano para que le den un aguinaldo cada vez que ve a un venezolano o un iraní, pues ella así como quien no quiere la cosa decide que está más a gustito protegida por los gringos. Este es un raro ejemplo de como una película con un montón de fallos, en nuestra memoria es un clásico y así la consideramos, pero no se le puede poner la máxima nota porque sería injusto para otras. Es un clásico en nuestro corazoncito corrupto.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos y no has visto esta película con la manada, te escupo a la cara del asco que me das. Si eres un sub-intelectual y la has visto, vergüenza te debería dar por tu hipocresía. Épica y legendaria.


2 respuestas a “Depredador – Predator”

  1. Reconozco que este verano me dió un momento morriña y la puse. Al final la ví entera , y me reí un montón. Es un clásico.