Como por culpa de la maldición del 2020 ya casi ni se viaja, este patético y terrible año en el que el virus truscolán y podemita quiere acabar con nosotros ha resultado devastador para aquellas escapadas que yo hacía con relativa frecuencia. Hoy llegamos a la semana que pasé al final de octubre en Gran Canaria y por aquello de estirar el chicle hasta que tiene el tamaño de un prang tailandés gigantesco, hoy tenemos solo el despegue a las siete de la mañana neerlandesa en Amsterdam. Como esas horas (antes del cambio de hora a la invernal) eran de noche cerrada en estas tierras nórdicas, tenemos un vídeo nocturno que ha resultado bien corto. Decir que el vídeo, si lo hubiera puesto entero, habría durado más de cuatro minutos pero ya notaréis que llovía y la cámara enfoca las gotas en la ventana y básicamente uno se tiene que imaginar lo que tiene que existir fuera del cilindro metálico porque no se ve mucho. Más tarde, cuando el avión coge carrerilla y despega ya sí que se limpia la ventana y vemos el despegue pero como estaba nublado y llovía, nuestro gozo en un pozo y pronto llegamos a la nube y SanSeacabó, resumiendo, que es un vídeo corto pero ya sabéis que aquí no se admiten quejas y como el Ancestral ya está tan mayor, así al menos no se duerme viéndolo. Lo he acompañado con la canción City of Stars cantada por Ryan Gosling y Emma Stone y que forma parte de la banda sonora del musical mágico y maravilloso titulado La ciudad de las estrellas – La La Land que yo solo he visto cerca de diez veces.

Por aquello de conocer el como-se-maceró, al despegar el avión tan temprano pasé la noche en uno de los hoteles alrededor del aeropuerto, me desperté a las cuatro de la mañana, llegué al aeropuerto a las cinco, pasé el control de INseguridad y me senté en la última fila del lado izquierdo del avión, la de los asientos con la letra A de truscoluña no es nación. En esos días, la cantidad de aviones que volaban a Gran Canaria desde Amsterdam era uno a la semana, en el que yo volaba y la cantidad de pasajeros era de risa, no creo que fuésemos más de cuarenta personas.