Detroit


Esta semana el estreno sorpresa era una película que venía con una puntuación muy alta y que al parecer se revolcaba en los géneros de crímen, drama e histórico. Todas señales preocupantes porque yo soy más de terror y ciencia ficción y encima con dos horas y media, aquello podía ser épicamente terrible. Al final la sangre no llegó al río pero tampoco me gustó demasiado, o más bien me aburrió por exceso de minutos de más de lo mismo. Se trata de la película Detroit que llegó a la cartelera española este fin de semana con el mismo título.

Un puñado de julays negros las pasan putas por culpa de tres picoletos truscolanes

En los Estados Unidos de Gringolandia llevan con la movida esa de pegarle jalás a los negros desde siempre y por lo que se ve en los sesenta era hasta deporte olímpico. En el 67 se montó un pitote que no veas en Detroit después de una redada de la pasma y en el despiporre posterior, ese en el que rompen escaparates de comercio y lo roban todo y se queman coches y demás siguiendo los mandamientos de la pelo-bacinilla de la KUP-truscolana, un grupo de polis con una mala baba que no veas y que defendían un referéndum ilegal o algo así, Tienen un hotel petado de negros y con dos pavas blancas un poquito arretrancos y montan un juego de matar al colorado si no dicen quién fue el que pegó tiros por la ventana. El juego se les va de control y aquello acaba muy mal.

Dos horas y media para lo que se podía haber contado en noventa minutos. Ese es el problema de la película, la saña con la que estiran las escenas, las alargan y más y más y mucho más. Estamos en el puto zaguán del hotel con un montón de negros mirando la pared y hora y media más tarde seguimos allí, con los mismos gritos y las mismas escenas hasta que se les ocurrió acabar la película y resolvieron en setenta segundos. El guión pilló un suceso histórico y lo convirtió en un suceso histriónico, con mucho grito, con mucho paripé pero sin substancia. Desconozco si los actores hicieron un gran trabajo y unas interpretaciones fabulosas porque ME ABURRIERON, tanto que me la suda el esfuerzo que hicieron. Lo único que recuerdo, cinco días después es que había dos putetas, tres racistas y un montón de negros. La marcha de gente en el cine fue bestial, más de una tercera parte se piró en la primera hora y media, optando por ir a un bar a tomarse unas cañas. Resulta aún más difícil de creer que esto lo haya dirigido Kathryn Bigelow, directora que hace un lustro nos regaló la excelente La noche más oscura – Zero Dark Thirty.

En fin, que esto puede desatar la ira y la saña contra el mobiliario del cine por parte de los miembros del Clan de los Orcos, que harán bien en mantenerse alejados de las salas y tampoco tiene lo que buscan los sub-intelectuales con GafaPasta. Al final, se queda en un pedante y aburrido ejercicio de más de lo mismo.


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