Downton Abbey: Una nueva era – Downton Abbey: A New Era


Antes de que se fuera al carajo el mundo por la pandemia podemita y truscolana, allá por el 2019, llegó a los cines Downton Abbey, peli que continuaba una serie que había terminado y que yo jamás vi y jamás veré. Al parecer fue un inesperado exito y como nadie le hace ascos a la guita, en plena pandemia han decidido hacer una segunda parte, aunque aquella primera película acababa más o menos con el anuncio que la vieja la iba a diñar. La nueva se titula Downton Abbey: A New Era y en España se estrenó al final de abril como Downton Abbey: Una nueva era.

Un puñado de julays pijos las pasan putas y canutas en su dantesca keli y se piran a Francia a jartarse de comer queso.

Resulta que la vieja todavía no la ha palmado y acaba de heredar un castillo en Francia de uno que se encoñó de ella unos años atrás y le estuvo buscando el ángulo para empetársela. La vieja decide que la heredará la nieta más pobre para que tenga kasoplón como los otros y un grupo de la familia se va a Francia a ver la keli esa y hablar con el hijo del heredero mientras que otros se quedan en su kasoplón y lo alquilan para que graben una peli de cine mudo, que finalmente será de cine sonoro y los esclavos, quiero decir, trabajadores de la keli, fliparán con la gente del cine allí.

Mi reacción a esta fue más o menos similar a la otra, es una historia entretenida, ambientada en los años treinta, de ricachones que ya no tienen tanto dinero y se ven obligados a cosas tan mundanas como alquilar su palacio para que rueden una peli y así poder pagar la reparación del tejado. Es muy coral y en este caso, a la habitual separación entre nobleza y servicio, añadimos otra porque la mitad de los nobles se piraron a Francia, supongo que por las movidas de la pandemia truscolana y podemita y así tenemos grupos de actores más pequeños y manejables en caso de algún positivo. La parte francesa para mí es la que funcionó peor, más que nada porque allí están los ricachones y son pedantes que no veas mientras que en el otro lado se quedó la vieja moribunda con el servicio y a esos se añadió el equipo que estaba haciendo la peli muda, con una estrellona del cine mudo aterrorizada por el cine sonoro y porque cuando abre la boca es para cagarla en plan Princesa del Pueblo español y a su lado un galán que pierde tanta aceite que procuraban poner bidones a su lado para llenarlos y venderlos. La peli entretiene y está bien hecha, pero definitivamente, si no has visto la serie, puedes sobrevivir ninguneándola y no habrás perdido nada en tu triste vida.

Prohibida para miembros del Clan de los Orcos, aunque curiosamente, puede resultar interesante por la calidad de las actuaciones para los menos talibanes de los sub-intelectuales con GafaPasta.


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